Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Localizada en 1962 -1972 es una narración de hechos y sentimientos cierta, con todas las licencias literarias para novelar la historia.
El protagonista, vive por su trabajo el cambio ferroviario entre Castellón, Alcanar, Salou, Sagunto, Teruel.
Junto a sus compañeros de trabajo y amigos con tal de divertirse emplean métodos expeditivos, no tardan en calificarlos como mafia manchega.
Se enamora de María una mujer con problemas, que le hacen marcharse de Benicarló. Termina el protagonista enamorándose de la hija de Cesar, Olalla.
A pesar del amor que siente por Olalla, se cree culpable de la muerte de una amiga. Huye de Benicarló, Olalla no quiere seguirlo. Pasan los años, vuelve a (Ítaca) vuelve a Benicarló. Encuentra a Marta una mujer a la que ayudo en un episodio de su vida. Acompañado por Marta encuentra una a una, todas las claves de su vida anterior.
Nacido 18 de octubre de 1943 en Alcazar de san Juan (Ciudad Real). Casado con dos hijos y dos nietas. Desde que ingrese en RENFE en1959 trabaje en señalización eléctrica, desde Valencia hasta Salou y Teruel mi currículo literario es escaso. Ya jubilado, publiqué en Entre Líneas Editores Los Hijos del Viento, 61 páginas se vendieron trescientos ejemplares. No publicite el libro ni lo presente. Mañana amanecerá lloviendo, registrada en la Comunidad Valenciana con el número 09_2008_1967.
«Durante el desarrollo de Mañana amanecerá lloviendo, se van sucediendo situaciones sentimientos y lugares donde los protagonistas se encuentran inmersos. Pretende el novelarlos que el lector se involucre en la narración y encuentre las incógnitas que
en ella se plantean, llegando al final de la historia con el convencimiento de que los
protagonistas se ven obligados a actuar según las circunstancias de sus vidas , amores, amistades que en determinados momentos no saben controlar y reaccionan con actos que exceden lo aceptable, complicando mas su existencia y complicándosela a quienes los rodean y quieren, todos en un momento determinado huyen y no aceptan responsabilidades, (Ítaca) vuelve a reunirlos y sus vidas se acomodar a la realidad».
«Pedimos dos cervezas. En un rincón escondido de mi maltratado cerebro, sonó un timbre fuerte, con urgencia, olí, intuí, un peligro cierto, cercano, muy cercano. Giré la vista alrededor nuestro, detrás, a unos escasos veinte metros dos individuos sudamericanos, más altos de lo normal en su raza, aunque sus caras no dejaban lugar a duda, en sus manos creí ver unas pavonadas pistolas. Atraje a Marta hacia mí y rodamos por el suelo con un gran estruendo de sillas mesa y sombrillas caídas. Estaban encima de nosotros, con las piernas abiertas los dos, apuntaban a Marta uno de ellos dijeron mirándola fijamente:
—De parte de Alberto —arrastrando cadenciosamente el español.
Esos segundos les perdieron, se oyó el estruendo de un arma de gran calibre y como si una fuerza descomunal les hubiera golpeado en el pecho saltaron hacia atrás varios metros, uno después del otro cayeron entre las sillas como guiñapos.
El compañero de Amador, Ramón, salido de no sé donde, nos ayudo a levantarnos, recogió el bolso de Marta y mi móvil y me los dio. —Correr al coche y meteros en el hotel, no salgáis de él hasta que Amador o yo lleguemos, tardemos lo que tardemos.
Empezamos a andar, disimulando, pero a un buen paso. Mientras, un espectacular estruendo de sirenas coches y gritos nos servían de cobertura.
Bajamos al aparcamiento, subimos en el coche y llegamos a la Hostería. Cuando cerramos la puerta de la habitación Marta se derrumbó. Histérica, lloraba y temblaba, ella también había oído las palabras del matón. La calmé como pude preparé dos copas de brandy me bebí una de un trago y le di otra. Tenía las piernas llenas de raspaduras».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y José Antonio Orea Arias os lo agradeceremos.