Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
El mutante Kagstos solo ha conocido el rechazo y la oscuridad.
Su guerra santa fracasó. El aspirante a Mesías murió. Mientras se pudre en la cárcel recibe una sorprendente oferta: la libertad. A cambio, debe proteger al nuevo Mesías en el recorrido hasta el Templo de la Llegada en el que será coronado.
En el arduo camino montaña arriba le esperan luchas contra criaturas extrañas y aspirantes a dioses, alianzas con mercenarios desalmados y descastados de la sociedad y la noche misma.
El arduo peregrinaje por la salvación de un mundo moribundo comienza mientras la luna carcajea de fondo.
Mi nombre es Carlos y soy escritor, director y guionista. Tengo formación realizador de audiovisuales y espectáculos por mis estudios en el IES Néstor Almendros, en Sevilla. Mis escritos se han publicado tanto de manera independiente como con editoriales, en el ámbito nacional e internacional. Tengo tres novelas (Salvación Condenada, Peregrinos de Kataik y Ceniza en las venas).
He participado en numerosas antologías de relatos (Crann Bethadh, Devoradoras, Transfórmate o muere,…) y en revistas (La Cabina de Nemo, Ab Terra Flash Fiction,…) y diversas páginas web (Fabulantes, HorrorAddicts,…). También soy redactor en la página web Dentro del Monolito.
«Mesías muerto sumerge al lector en un mundo ignoto e inesperado. Mutantes, creyentes y dioses luchan por sobrevivir en una tierra medio muerta y sin salvación aparente, una carrera a la desesperada por mover la historia hacia el punto que cada uno de ellos anhela.
Con una narración detallista, cruel y de una belleza siniestra, el autor te atrapa en esta telaraña de historias entrelazadas, de penurias y deseos encontrados.
La novela trata temas clásicos como la alienación, la alteridad y la redención desde un prisma distinto, a través de una ambientación y personajes totalmente alejados de lo humano.
Si alguna vez te has sentido diferente o has querido enmendar errores que no parecen solventables encontraras en este libro algo que resonará contigo».
«Un niño muerto, ya solo huesos y colgajos sanguinolentos, yacía a la entrada del pueblo aquella noche. Apenas se escuchaban gritos a los lejos, apenas aullidos ni gemidos. La muerte solo la anunciaban las nubes de insectos, los verdaderos heraldos.
Kagstos caminó entre los desperdicios. La toga verduzca le caía con pesadez sobre los hombros. Los ojos le resplandecían con brillo funesto.
Rojos de sangre, púrpuras de poder.
Las carcasas vacías de las casas ardían, pero hasta el crepitar del fuego era algo cobarde y mudo. La alfombra de artrópodos lo rodeaba y se extendía como tentáculos, limpiándolo todo. Los seguidores del Mesías sajaban filetes de carne de la gente que aún se arrastraba. Los vivos estaban más tiernos, la carne no se ponía rancia y dura, las estrías se mantenían alineadas y el músculo era dulce y grasiento. Así le gustaba al Mesías y así se haría.
Kagstos observaba todo aquello con una sensación que lo llevaba acompañando bieños. No era el furor religioso que se suponía que debería sentir. Tampoco estaba especialmente compungido. Tan solo lo devoraba un vacío en su interior, como si caminase sin rumbo por sendas hechas para otros. El pobre chico en el lugar equivocado en el peor de los momentos.
A su lado, una chica joven esputaba sangre en el suelo. Sus ojos vidriosos veían cómo todo lo que conocía se perdía mientras las larvas de escarabajo cavaban túneles en su caja torácica. Al mutante, aquella joven le recordó a la chica que había dado a luz al Mesías, a la pobre bastarda que también había estado en el peor lugar en el peor momento. Era curioso cómo podías sentir una conexión tan profunda con alguien que jamás habías llegado a conocer, a ver más de una vez o con quien no habías intercambiado ni una mísera palabra».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Carlos Ruiz Santiago os lo agradeceremos.