Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Marta, su padre Leo y su amigo Marcos huyen de su tierra natal debido a la deriva autoritaria que se ha producido en ella. Los motivos de cada uno son diferentes, así como sus vivencias o contradicciones. Emigran de forma ilegal en un container de un buque portacontenedores gracias a David, un tripulante del Monrovia. En este espacio tan reducido se hacen preguntas incómodas, se replantean sus vidas y debaten intensamente durante días sobre asuntos políticos, coyunturales o personales. El encierro al que están sometidos no les deja otra escapatoria que indagar sobre sus decisiones. Mediante flashbacks entendemos qué les hizo salir, al mismo tiempo que conocemos a Susi y a Tere, madre y abuela de Marta respectivamente. Personas sin las que no se entendería su carácter tan marcadamente político.
Andrés Cabrera nació en 1992 en Madrid, aunque se considera alcalaíno y granadino a partes iguales. Su patria y arraigo son las personas que le rodean. Cursó periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Interesado en un inicio por el periodismo deportivo, trabajó como locutor en radios, como redactor en prensa escrita y como presentador de contenidos en diversos canales digitales. Tras dejar esta etapa atrás comenzó el podcast de divulgación Menuda Historia. A su vez empezó a interesarse por el periodismo social y político. Presentó un programa de entrevistas en una radio libre llamado Pueblo. Actualmente dirige documentales en el canal Una Utopía en la Mochila. En la ciudad nazarí militó en una biblioteca autogestionada y en una huerta colectiva, espacios que le moldearon. Durante estos años escribió Monrovia, su primera novela.
«Monrovia es una novela que busca plantear cuestiones políticas al lector. En un contexto en el que la clase trabajadora de la parte privilegiada del mundo ha aprendido a delegar en todas las facetas de su vida, se muestran cuestiones como la implicación, la responsabilidad o el miedo; asunto capital de la obra. Debido al encierro en el container de lo tres polizones se producen debates sobre el individuo y el colectivo, los puntos de vista entre generaciones, la pérdida de conciencia de clase, el papel de la educación y la propaganda en ello, el rol de la socialdemocracia o los motivos de la inacción política. El libro trata de mostrar la pérdida de autonomía o que el progreso ha significado retroceso en muchos aspectos sociales, algo que puede ser catastrófico ante una deriva autoritaria».
«No había puesto los pies en la estancia, pero Tere ya vislumbraba el peso con el que cargaba su hija.
—El paseo ha generado más preguntas que respuestas, ¿no?
—Sigo preocupada.
—Y yo, pero no nos queda otra que esperar.
—Estoy pensando en viajar a verla.
—Vamos a esperar.
—Mamá, algo le pasa.
—¿Qué te dijo? Iba a desconectar, ¿no? Deberíamos hacer caso de sus palabras.
—No sería la primera vez que sus palabras no se corresponden con sus sentimientos.
—¿Existe una sola persona en el mundo que consiga eso? Deja que llegue a sus conclusiones, que indague en su ser. Solo así los sentimientos se pueden acercar a las palabras que los describen. Sin decir, hija mía, que el lenguaje verbal nos cierra puertas, nos pauta el camino sensitivo o, más bien, nos lo acota.
—No me apetece enfrascarme en un debate, mamá.
—No buscaba debatir.
El tono pacífico de su madre hizo meditar a Susi.
—Perdona, no quería pagarlo contigo.
—No te preocupes, cariño, yo también estoy preocupada. ¿Hacemos la cena?
—Venga.
Con el paso del tiempo Susi se había habituado a cenar antes, siguiendo los ritmos culturales de la región. No era la persona más apasionada de la cocina, pero aquella tarde cocinaría junto a su madre. Tere sirvió dos copas de vino y sacó un cuenco con frutos secos para hacer más agradable el proceso de cocción.
—¿Qué verduras quieres echarle a la sopa, mamá?
—Las que haya. Hay que darle salida a todas».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Andrés Cabrera os lo agradeceremos.