Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Katherine, londinense, empieza a trabajar en una ciudad costera de España, en una sucursal de su empresa. Traba amistad con una jueza, María del Mar, quien se desvincula de su anterior amiga policía, Raquel, quien lleva con resignación y fastidio el nuevo rumbo de sus vidas.
Todo se complica cuando descubre una estafa en su empresa y se ve envuelta en un sinfín de dificultades y complicaciones que surgen a su alrededor.
Por otro lado, está David, quien quiere de vengarse de su ex suegra, y se ve inmenso en una espiral de violencia y lucha donde él será un peón en una partida de ajedrez, donde todo está controlado por una mente perversa.
Escapar de quien los quiere matar e intentar atrapar al asesino, se convierte en un camino lleno de emociones, intrigas, amistad y amor.
Mi nombre es Lorenzo Quesada y nací en Valladolid en 1971. Desde pequeño mis padres me inculcaron la virtud o la manía de leer; y en ello sigo con placer. Siempre he trabajado de cara al público y quiero continuar haciéndolo, esta vez contando historias que me rondan la cabeza con la intención de, al menos, proporcionar unos momentos de disfrute.
He trabajado de camarero y descubrí que los clientes no acudían simplemente a beber algo, sino que necesitaban evadirse durante un tiempo de la vida que nos ha tocado vivir; unas veces hablando con amigos y conocidos, otras con desconocidos que aunque juzguen nuestra historia o nuestros pensamientos no nos molesta ni preocupa.
Me gustaría conseguir que los lectores de este libro desconectaran por unos momentos de la realidad y disfruten de esta historia leyéndola, sabiendo que es una fantasía de alguien que cree que los libros son una muy buena manera de pasar el tiempo en grata compañía.
Gracias a todos y un afectuoso saludo, Lorenzo.
«En esta novela de intriga el lector se verá inmerso en varias tramas que aparentemente no tienen nada en común, pero irá descubriendo cómo se entrelazan las historias en una vorágine de violencia y miedo.
El lector tomará partido en la lucha contra la injusticia y descubrirá lo crueles que podemos ser cuando queremos ganar a costa de los demás.
Querrá seguir leyendo para descubrir qué hacen los personajes; cómo se va formando la amistad de las protagonistas; cómo algunos siguen buscando el amor a pesar de las dificultades; cómo otros luchan por sobrevivir después de equivocarse; y cómo los malos quieren salirse siempre con la suya.
Las hojas irán pasando a tal velocidad que llegará al final sin apenas darse cuenta. Le aseguro que no podrá soltar el libro de las manos».
«Le habían metido en un coche, pero no le habían dicho a dónde le llevaban. Debería sentirse contenta. En ese, más o menos, par de días que llevaba en manos de sus secuestradores, aparte de ser preguntada constantemente por la factura del hotel, de repetirles que en su despacho no estaban esos papeles, de unos cuantos golpes, algunos más dolorosos que otros, mucha sed y miedo, no estaba tan mal.
Pero ahora sí estaba verdaderamente aterrorizada. Antes de perder el conocimiento y de que le subieran al coche, oyó a su secuestrador, el de la voz distorsionada, que estaba la policía buscándola y que tenían que acabar con ella, pero que no iba a ser difícil hacerla desaparecer.
“Ras, encuéntrame pronto, por favor, o no saldré viva”.
El coche paró. Mar estaba algo más despejada. No le habían atado las manos porque apenas se mantenía en pie ella sola, se les veía muy seguros de que no iba a salir corriendo. Pero tenía que hacer un esfuerzo y huir. En cuanto le sacaran del coche, les empujaría como fuera y correría y, después, ya vería.
Le abrieron la puerta del coche y la empujaron fuera. Olía a agua salada y escuchó cerca algunas gaviotas. Estaba cerca del mar y, por el viento que le daba en el cuerpo, estaba en alguno de los pequeños embarcaderos de los muchos que había a las afueras de la ciudad.
La tenían agarrada del brazo con fuerza, fijo que acabaría teniendo un moratón al día siguiente. “Eso si llego viva a mañana” pensó. Cuando su cerebro, ya casi despierto del todo, estaba dando la orden a todo su cuerpo de echar a correr, sintió un dolor inmenso en su estómago, que la dejó sin respiración unos segundos; el puñetazo que le habían dado fue de campeonato.
Le cogieron en volandas los dos hombres que estaba con ella, a quien no pudo reconocer porque no hablaron ni una sola palabra. No les costó mucho porque no pesaba demasiado y estaba encogida por el dolor. Y voló, literalmente voló, pero hacia abajo. ¡Le habían tirado al mar!».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Lorenzo Quesada os lo agradeceremos.