Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 40 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Esta historia conecta el mundo árabe del siglo XII y los reinos cristianos través de la vida de un soldado cristiano prisionero en Bizerta. El conde don Gilberto a su regreso a Zaragoza encuentra una desgracia familiar: la muerte de su hermana Marcela. Don Gilberto trama su venganza contra los nobles que la asesinaron. El comisario Oriol, agente del orden de la reina tiene por misión detener esa ola de crímenes que anuncia don Gilberto.
Verá el comisario Oriol la posibilidad de salvar de la muerte a su amada Fátima si ayuda al conde don Gilberto a terminar su venganza. Distópica pero amable, irreverente y cordial en el lenguaje. En ese contarse se narrá la crónica de un crimen en un mundo humanizado por el amor y contenido por la barbarie a través de las leyendas de los adivinos, así, el conde convence al comisario de una vida de amor.
Diplomado en magisterio en 1996 por la Universidad de Zaragoza. Alberto Sánchez García nació en el otoño de 1971. Zaragoza es su ciudad natal y allí reside ahora, tras deambular por gran parte de la geografía aragonesa por motivos de su profesión de maestro de Educación Primaria. Me toma mi tiempo la familia, las amistades y asuntos tan agradables como la de novelista.
Escritor emergente con la novela La sombra del burlón. En sus primeras obras de auto publicación se encuentran las poesías: El ladrón de canastos. Además de un ensayo de filosofía: El cambio simbiótico. Actor de teatro amateur y parte del elenco en la serie de YouTube Cerdos ibéricos en el papel de Teo.
Soy inquieto en la creación de una novela. Las historias existen de muchas maneras, pero lo verdaderamente importante es la forma de contarlas. Mi motivación para escribir en mayor medida es poder seguir sacando novelas con características únicas. Aportar algo para la Paz que tanto necesitamos entre los pueblos tampoco estaría nada mal.
«La historia de un poeta, granuja, un pícaro que hace de su teatro el engaño y su vida. Una ocurrencia sugerente a “Las mil y una noches”, inspirada de las grandes historias de Dumas y de la fantasía caballeresca medieval.
—¡Brava comparación! —dijo Sancho—… como aquella del juego del ajedrez, que, mientras dura el juego, cada pieza tiene su particular oficio; y, en acabándose la partida, todas se mezclan, juntan y barajan, y dan con ellas en una bolsa, que es como dar con la vida en la sepultura.
—Cada día, Sancho —dijo don Quijote—, te vas haciendo menos simple y más discreto. (Quijote, II)
Un estilo narrativo rápido, con giros cómicos a veces hilarante es mi estilo de escritura. Inspirado por la literatura clásica he querido aportar una novela de esa condición, pero innovadora.»
«En cada planta de la fortaleza de San Javier había un evacuatorio para las necesidades innobles de sus habitantes, lo llamaban escusado al retrete ubicado donde se alojaban los oficiales y cagadero al de la tropa. Abajo, en las mazmorras no se contaba con esa pujanza gravitatoria que expulsaba fuera los olores tan potentes de la mierda. Allí, la tecnología era sencillamente un agujero con una tapa de madera.
Eso, que parecía una habilidad para defecar, sujetarse con las piernas y soltar de las tripas las heces era una manera sencilla y cómoda lo muestra la facilidad de la técnica de apoyo, espalda apuntalada y piernas en cuclillas daba tal postura posibilidad de hablar al bandido Guindilla mientras se aliviaba en la celda sin suponerle un esfuerzo hacer dos cosas al mismo tiempo.
—Yo te conozco —dijo el Guindilla al entrar Ginés empujado tras la verja.
—Mi nombre es Marlén, todo el mundo me conoce —dijo Ginés.
—¿Marlén?, el sátiro — curioseó el bandido acariciando su barba.
—¡Guardia!, no se vaya, hablemos un momento —rogó Ginés.
—No tienes los pies de cabra ni barba. Más pareces un ababol —siguió diciendo el bandido mientras cagaba.
—Precisamente, y por ser amigo de Marlén, el sátiro, manda la tradición que me llame como él —argumentó Ginés.
—¡Qué tontería! —dijo el Guindilla—. Tú, eres ese burlón de la mancebía.
—Marlén visita muchos burdeles, y yo con él lo acompaño. De eso me conoceréis.
—No —negó el bandido—. Tú eres el cabrón ese.
—¡Lo veis! Soy Marlén, mitad cabra, mitad hombre.
—Miralo tú, Bautista. A ver si te recuerda ese tipo: al trovador —propuso el Guindilla a su compañero de celda.
—¡Guardia! —gritó Ginés algo desesperado.
El vigilante de los pasillos se había ido. La puerta de las galerías se cerró desde el fondo. Sonaron los cerrojos y el gesto de Ginés se tornó frustrado intentado meter su cabeza entre los barrotes para ver el pasaje de los calabozos. No había un alma.
—¡Échale un ojo Bautista! ¿Es este el comediante? —preguntó el Guindilla.
El preso se levantó del suelo, luego de pie acercando su cara a Ginés dijo:
—Es él —confirmó Bautista—. Es el asesino del barón Durán.
—Yo soy Marlén y he venido a liberar al hombre más honesto de esta mazmorra.
—Eres el burlón de los teatros. El titiritero muerto de hambre —señaló el bandido Guindilla—. Hoy no te salvan tus mentiras ni tus malas artes.»
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Alberto Hipólito Sánchez García os lo agradeceremos.