Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Hotel Hyatt Place de Portland, una joven empresaria llamada Jane se despierta temblando tras un sueño aterrador en el que su habitación estaba llena de sangre y su cadáver se encontraba sobre la cama. Mike, un veterano agente del FBI de Nueva York, y su compañero Ben, llevan desde 2008 persiguiendo a un asesino vestido de negro al cual no le han visto la cara nunca. La única conexión entre estas personas se produce a través de una serie de sueños en los que Mike pelea por encontrar a Jane antes que el misterioso hombre de negro. Para ello tendrá que resolver una serie de puzles tanto mentales, como científicos y físicos que, desde su primer caso hasta este último, guardan una conexión directa. Todos ellos relacionados con el departamento de casos Black Velvet.
Aníbal A. Quesada Campos (Guardamar del Segura, 1988) es músico profesional y emprende su camino en el mundo de la escritura a la temprana edad de doce años, participando en diversos concursos. En 2009 gana un concurso de microrrelatos en Cehegín y tan solo un año después publica su primer libro, “Relato de un Alcohólico”, una novela adolescente con tintes de drama. Finalizó sus estudios musicales en el Conservatorio Superior de Música del Principado de Asturias en la especialidad de trompa. Desde siempre le ha fascinado lo desconocido, la ciencia-ficción y los crímenes, un cóctel que ha conseguido aunar en su actual libro. Actualmente se dedica a la enseñanza de música en su especialidad instrumental y lo compagina con su pasión, la escritura.
«Los sueños pueden decirnos mucho más de lo que creemos. Hay un mundo detrás de ellos o, tal vez, un universo entero. Uniéndolos con la realidad se genera un intrincado puzle que solo un hombre, el agente Scott, puede resolver.
Este libro aúna el genero de la novela negra con la ciencia ficción y todo ello mezclado con saltos temporales, cambios de realidades y personajes dispares. La seriedad y la elegancia de los protagonistas nos muestran el trabajo del FBI, al mismo tiempo que toda la obra se encuentra envuelta en misterios invisibles que son capaces de dejarte totalmente absorto.
La base de esta obra, además de la investigación policial y detectivesca, es que el lector abra su mente y se asome a la ciencia ficción más profunda y, con ello, a un surrealismo al más puro estilo de David Lynch».
«La moqueta aterciopelada era de color beige, una copa de vino rodaba por el suelo como si una brisa la hiciera moverse. Las cortinas rojas de la habitación se agitaban suavemente. La cama estaba frente a la ventana, se trataba de una oscura cama artesanal de nogal.
Las sábanas estaban deshechas, aun calientes por el cuerpo de una mujer solitaria. Sobre el almohadón había unas gotas de sangre que con lentitud se deslizaban por la superficie curva. Poco a poco se iban coagulando y dejando un rastro tras de sí.
Un sonido rompió el silencio, era el del grifo de la ducha que acababa de abrirse. Alguien se había colocado justo debajo. Se podía escuchar el ruido del agua golpeando su piel desnuda. El vapor inundó el baño. Los movimientos de una persona duchándose hacían variar el sonido del agua cayendo contra el suelo.
Se cerró el grifo. Una mujer corrió la puerta de cristal de la ducha y se ató una toalla a la altura del pecho. Se recogió su melena rubia y la apretó con fuerza para escurrirla antes de pisar la toalla que había en el suelo.
Se dirigió al lavabo y al levantar la mirada del suelo se quedó petrificada. En el espejo que se encontraba en la pared frente a ella había unas palabras escritas en el vaho que había desprendido duchándose. “No lo hagas” ponía.
Asustada, fue a la habitación contigua. En la cama había un enorme charco de sangre que empapaba las sábanas y el almohadón. Las cortinas ondeaban con más fuerza, y unas luces azules, aparecidas de la nada, parpadeaban como si de relámpagos se tratasen. El frio inundaba la habitación y, de pronto, entró en shock. Estaba paralizada, el corazón le latía a mil por hora y casi ni podía respirar. Cerró los ojos con fuerza y empezó a pensar que nada de eso podía estar pasando, que debía ser una pesadilla.
Abrió los ojos y ante ella se encontraba el techo. Estaba tumbada en la cama con el pulso muy acelerado. Las sábanas se encontraban revueltas y las cortinas, ahora azules, dejaban entrar una brisa húmeda.
Se levantó asustada y fue andando hasta el servicio, cabizbaja abrió el grifo del lavabo y se lavó la cara con agua fría. Al alzar la mirada vio el espejo que había provocado la histeria en la pesadilla.
Cerró el agua fría y abrió la caliente para que el vapor lo empañara y comprobar si había algún mensaje escrito. Sólo apareció una línea vertical, seguramente producto de una mala limpieza por parte del hotel. Decidió tomarse un calmante y acostarse de nuevo para intentar dormir hasta que amaneciera».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Aníbal A. Quesada Campos os lo agradeceremos.