
Una joven producto de clonación y un adolescente inmigrante de tercera generación luchan por ser personas. Se enfrentan al poder inaccesible y a una enfermedad incurable. Una historia de amistad y de búsqueda de la libertad. Situada en una época posterior al deshielo de los polos. El poder se ha organizado por continentes. La clonación es una de las industrias más fructíferas. La tierra se ha ido poblando de seres transgénicos producto de clonaciones defectuosas. La selección por la pureza de la sangre y el lugar de nacimiento determina la pertenencia a un lugar de bienestar o pobreza, con unas fronteras casi impenetrables.
José M. Motos nació en Matián, Cullar, Granada, en abril de 1959. Estudió Derecho en la Universidad de Granada, ejerciendo como abogado desde 1984. Ha publicado la novela Justicia ciega, escrito y representado piezas teatrales, y recibido numerosos galardones en certámenes de relatos.

«Si quieres volar por encima de las fronteras, por encima de la irracionalidad del mundo que estamos construyendo. Si quieres sentir lo más sencillo de la amistad pura sin condicionantes. Si quieres ser consciente del freno al progreso humano que imponen los insaciables intereses económicos. Si quieres entretenerte un rato con algo que parece imposible pero que acecha a la vuelta de la esquina: lee Pati CuatroVeinte Diez. Tan fantástica como real».
«Ya tenía cercana la silueta de las altas y azuladas montañas. Bajó altura y se situó a unos quinientos metros sobre el nivel del mar. Nada más entrar en tierra, se posaría al lado del río Guadalfeo para beber agua.
Algo se movió debajo de ella en pleno y solitario mar. Descendió un poco más y comprobó que se trataba de una pequeña embarcación. Miró con atención para comprobar si llevaban los aparejos recogidos o estaban en plena faena de pesca. Lo que vio no le gustó. El barco era demasiado pequeño, llevaba mucha gente encima, más de la que había visto nunca en un barco tan exiguo. Podía bajar a saludarlos. Si eran turistas, verla por encima de ellos animaría la excursión. Recogió un poco el ala izquierda y se dejó caer en dirección al barco. Planeó por encima con las alas completamente desplegadas. La reacción de aquellas gentes la asustó. Comenzaron a saltar por la borda. Había hombres y mujeres que nadaban frenéticos, también niños. Una mujer muy gorda, con un pequeño en brazos, no quería saltar. Dos hombres la empujaron. La mujer cayó al mar con su hijo en brazos. ¿Por qué se asustaban de esa forma? No lo comprendía, todos la conocían como una transgénica educada. En la embarcación solo quedaron los dos hombres que habían empujado a la mujer. Uno de ellos se sentó cerca del motor, el otro sacó algo de la cintura y apuntó. En ese momento lo comprendió».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y José M. Motos os lo agradeceremos.