Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 40 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
David se despierta una noche, en mitad del desierto, sin recordar cómo ha llegado allí. Tiene la sensación de que algo lo espera en aquel lugar. El problema es que David es un tipo pusilánime, que se deja llevar con facilidad por los deseos ajenos. Por ello, cuando un vendedor ambulante lo aleja del desierto, todo comienza a jugar en su contra: David acabará implicado en un robo. Intentarán que participe de un ritual ocultista. Será salpicado por el boicot a la heredera de un negocio de salsa de chili picante. Será seducido por los efluvios del licor de cactus de San Pedro… Y, a pesar de todo, no tendrá otro remedio que enfrentarse a aquello que continúa esperándolo en el desierto. Su única brújula en este viaje será un libro imposible de leer, al que llaman El libro de los cambios.
Eric Luna (Alhama de Murcia, 1984) es autor de los libros de relatos El arte de mantenerse a flote (Boria Ediciones, 2021) y Negra, fría, dura y en tu boca: 5 relatos pulp (autoeditado, 2013). También de dos poemarios y dos plaquettes, publicadas entre 2012 y 2016. Es autor, así mismo, de la obra teatral Animales que evitan la lluvia, llevada a escena en 2017.
Imparte talleres de creación literaria a través de Storyville – Laboratorio de Ficción (www.labstoryville.com).
Junto al escritor Víctor Morata, codirige y presenta el podcast, dedicado al ámbito del relato breve, Ficciópatas (https://linktr.ee/ficciopatas).
Mantiene un blog en el que publica relatos sueltos y otros textos: https://escriaturas.wordpress.com/
«Algo me espera en el desierto está hecho para ti si te gustan las historias con aroma a western (y, sin embargo, esto no es exactamente un western). Es un libro que bebe de la literatura de Antonio Tabucchi y de Richard Brautigan. De modo que, si te atrae lo onírico y lo simbólico del realismo mágico posmoderno, el humor absurdo y los viajes de autodescubrimiento, este libro te dejará un buen sabor de boca a licor de agave. En él se juega con las ideas de Jung sobre el mundo de los sueños y el inconsciente. En definitiva, es una historia de “caída en la madriguera del conejo”, con pinceladas de prosa poética, en la que nos pondremos en las botas de David para comprender la importancia de descubrir quién eres y lo que deseas».
«Te mantenías en una especie de duermevela.
No dormías, pero sí que te entretenían una serie de ensoñaciones. En ellas podías verte desde fuera, completamente desnudo, en mitad del desierto.
Un pájaro de gran envergadura te sobrevolaba en círculos.
Un buitre blanco.
A lo lejos, la figura de una mujer te observaba.
Te removiste, porque pensabas que esa mujer no era otra que el bicho con el que te habías cruzado en el desierto.
Pero luego la reconociste.
Se trataba de Wendy.
Llevaba su vestido malva. Caminaba como ella. Wendy se acercaba a ti desde la distancia. Gritaba algo que no alcanzabas a entender.
Lo que sí captabas era la desesperación en su voz.
¿Intentaba advertirte? ¿Tenía algo que ver con el buitre blanco que te sobrevolaba?
Hasta que alcanzaste a entender:
—¿Dónde estás? ¡David! ¿Dónde estás? ¡Vuelve a la orilla!
¿Qué orilla?
Te giraste. Dentro de aquel ensueño, te volviste para mirar hacia atrás, tratando de entender a qué se refería Wendy.
Un foso enorme, excavado en la tierra del desierto, apareció ante tus ojos.
Aquello no estaba allí antes.
Justo donde reposaban tus talones descalzos hacía un instante, había ahora una larga escalera, cuyos peldaños estaban esculpidos sobre el terreno. La escalera descendía unos treinta metros, hasta las profundidades del foso.
Y al fondo de aquel abismo, un reflejo».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Eric Luna os lo agradeceremos.