Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
La madre de una de las numerosas menores desaparecidas en la comarca valenciana de la Ribera Alta contrata los servicios de un detective privado que no duda en utilizar los métodos más expeditivos para localizar a la joven.
Una periodista de una revista del corazón establece una segunda línea de investigación, y entre ambos consiguen reabrir un sumario que empezó 30 años atrás con los crímenes de Macastre y siguió al poco tiempo con los asesinatos de Alcásser para ir sumando casos sin resolver hasta la actualidad.
Paralelamente a estos sucesos, un enigmático presidiario con facultades paranormales es contratado tras abandonar la cárcel por su capacidad de reconocer el alma de las personas a través de los ojos.
Carles Schenner es oriundo de Barcelona y empezó a leer libros cuando sus compañeros de colegio no quitaban los ojos de sus muñecos de acción, sus trenes eléctricos y sus Scalextric.
El gusto por la escritura nació del placer por leer. Así que estudió Periodismo y, tras unas prácticas en La Vanguardia, trabajó en el periódico El Punt de Girona.
Tras quedar finalista en los antiguos certámenes de guión de Antena 3 y Tele 5 trabajó como guionista para diversas productoras. Realizó tres cortometrajes seleccionados en diferentes festivales y continuó escribiendo hasta la publicación de su primer libro en 1996 en forma de obra de teatro. Su primera novela fue editada en 2011.
«Nunca una novela ha nacido tanto de la necesidad.
En 2019 tuve un accidente que me dejó tetrapléjico durante dos meses, Me costaba respirar, el calor me asfixiaba y no podía dormir. Empecé a distraer mi mente con una historia para evitar perder la razón. Fui madurando el argumento y dibujando a los personajes lentamente, día tras día. Cuando recuperé la movilidad de mis manos, plasmé en papel lo que iba a convertirse en una intriga ambientada en la comarca valenciana de la Ribera Alta, que es el punto con el mayor índice de desapariciones del país. Este es un dato poco conocido por la opinión pública.
Durante mi padecimiento en la UCI y en la unidad postoperatoria sufrí períodos de semiconsciencia y delirios que trasapasé a uno de los personajes, haciendo que, a raíz del accidente, adquiriera el don de reconocer el alma de las personas con solo mirarlas a los ojos. Bienvenidos a Almas sin luz».
«Catherine alcanzó al juez y al ministro del Interior a la altura de los dos primeros búnkeres del campo de golf.
—Don Gregorio…
—¡Hombre, señorita Moreau! —dijo el juez, volviéndose—. ¿Qué le trae por aquí, querida?
—Dudas, dudas y más dudas —expresó la periodista, mientras el ministro extraía una madera tres de la bolsa que acarreaba en su carrito—. ¿Sabían ustedes que en la comarca de la Ribera Alta desaparecen tantos menores al cabo del año como en el resto del país? ¡Son tan solo quinientos kilómetros cuadrados!
—Es una coincidencia —dijo el ministro—. No le dé más vueltas.
—No creo en las coincidencias.
El político golpeó la bola con un elegante swing. La diminuta pelota recorrió unos ciento ochenta o ciento noventa metros y fue a parar al extremo de la calle.
—La mitad de las desapariciones de la zona están resueltas —señaló el juez—. Wafaa Sabbah, Marta Calvo, Rosana Hervás, Florina Gogos, Isabell Raducanu…
—Están resueltos los casos más mediáticos. Los demás continúan pudriéndose en los archivos de la Guardia Civil. Hay un número altísimo de desapariciones sin solucionar. Los casos afectan a muchachas de familias humildes, desestructuradas, que viven bajo el umbral de la pobreza, con historiales de maltratos y abusos sexuales. Los chicos del triple crimen de Macastre coincidían con gran parte de este perfil. Y siguen sin resolverse sus asesinatos treinta años después.
Ambos jugadores continuaron actuando como si estuvieran solos y la periodista no fuera sino una mosca cojonera que iba importunándoles de tanto en cuanto.
El juez dio un gran golpe y consiguió mantener su bola en la calle.
—¿La UCO no podría hacer que se unificaran las investigaciones que hay en curso? —planteó Cat.
—Estoy seguro de que la Guardia Civil coteja siempre los atestados cuando encuentra casos análogos —apuntó el ministro.
—Lo dudo mucho —discrepó la periodista—. La muerte de Marta Calvo jamás se relacionó con las víctimas anteriores de su asesino a pesar de que todas ellas habían fallecido por sobredosis. En lugar de cotejar sus atestados e iniciar una investigación conjunta, se archivaron los casos. Y se archivaron porque eran prostitutas, como se archivarán las desapariciones de las muchachas de origen humilde porque tampoco interesan.
El grupo se detuvo al final de la calle.
—Vamos, vamos, querida —dijo el juez—. Sé que eso no lo está pensando en serio.
Tanto don Gregorio como el ministro buscaron un hierro corto que situara sus bolas en el green.
—No desespere, señorita Moreau —le dijo el ministro, a modo de despedida—. Siga investigando.
—Sí, siga —añadió el juez—. Es usted una reportera perseverante».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Carles Schenner os lo agradeceremos.