Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Madrid, 1943. Durante lo más duro de la postguerra española un asesino en serie pone en jaque a las autoridades del nuevo régimen. Santos Espada, antaño detective de homicidios del Cuerpo de Seguridad de la República y que, tras sobrevivir a las cárceles franquistas trabaja como sereno, puede ser la única baza del recién creado Cuerpo de Policía Nacional. En su misión le acompañará el inspector Manzano, un enorme matón con pocos escrúpulos que aceptará a regañadientes a su nuevo compañero. Un Madrid lleno de hambre, ruinas y uniformes militares, se convierte en un tablero de ajedrez dónde Santos perseguirá a los fantasmas del pasado esquivando a los monstruos del presente. Un juego de espejos en el que tendrá que sortear a la muerte mientras intenta adelantarse al próximo asesinato del Fabricante de Muñecas.
Oscar Lurueña, nacido en Madrid en 1983. Estudia la Licenciatura de Humanidades en la Universidad de Alcalá de Henares, sin embargo, pronto decide dedicarse al audiovisual. Graduado como Técnico superior en realización de Audiovisuales empieza a trabajar para algunas de las series y programas con más éxito de la televisión en España (Cuéntame cómo pasó, Aquí no hay quien viva, La Familia Mata, Nocheviejas de José Mota...).
Forma parte del departamento de nuevos proyectos de la productora Grupo Ganga, dónde desarrolla varios proyectos de ficción para su venta a plataformas.
En 2011 consigue plaza en el Taller de Guion de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV - Cuba). A su vuelta, escribe guiones para Cuéntame cómo pasó y otras series de Televisión Española. Ángeles de trapo es su primera novela.
«Madrid, 1943. Un asesino de niñas pone en jaque a las autoridades franquistas. Un expolicía puede ser la única baza del régimen para detenerle.
El exinspector Santos Espada, tras pasar por las cárceles franquistas y reconvertido en un simple sereno, tendrá que volver a la acción y sortear a la muerte mientras intenta adelantarse al próximo asesinato de Fabricante de Muñecas.
Ángeles de trapo mezcla el género negro con el thriller, la intriga política y la nóvela histórica. Como si de un viaje en el tiempo se tratase, la novela nos sumerge en una ciudad en ruinas, poblada por fantasmas hambrientos y uniformes militares. Un juego de espejos dónde nadie es lo que parece y en el que cualquiera puede estar al otro lado del revolver humeante. Escrita con un ritmo altísimo, te dejará pegado al papel y con ganas de más».
«Mientras que el resto de los guardias se desplegaban a ambos lados del camión, el teniente se caló el tricornio con elegancia medida. Estaba tan seguro de sí mismo, que no comprendió el gritó de Manzano para que se pusiera a cubierto. Tampoco debió captar que estaba sucediendo cuando la bocacha de la ametralladora asomó desde la torre de la casa. Un segundo después, la bala que se incrustó en su frente acabó con toda aquella imagen heroica. La sangre salía a borbotones de la herida del teniente cuyo cuerpo, ya caído y desvencijado, todavía hacia movimientos espasmódicos. Por un momento, el resto de guardias, casi todos ellos muy jóvenes, se quedaron paralizados.
La explosión de una granada junto a la cabina de camión les devolvió a la realidad.
Mientras Santos se agachaba, las balas empezaron a volar en todas direcciones. Los Guardias Civiles dispararon contra las ventanas de la casa y los cristales hechos añicos cayeron sobre Santos. Una gran detonación hizo saltar por los aires a dos uniformados que se parapetaban tras el Ford del doctor. Desde entonces, un incómodo pitido dentro de los oídos de Santos convirtió todo el tiroteo en una película muda.
En el lugar dónde se acurrucaba, los tiros de la Guardia Civil hacían saltar la piedra de las paredes enyesadas. A gatas, se arrastró como pudo hasta llegar a la esquina opuesta de la casa donde, súbitamente, la puerta trasera se abrió. Santos se encontró de frente con un hombre, este empuñaba una pistola en su mano temblorosa y con ella le apuntaba al pecho. Se miraron a los ojos y durante un instante esperó el impacto del proyectil contra su cuerpo, no obstante, el sonido del disparo llegó desde un lugar a su espalda. Inmediatamente, el hombre cayó fulminado y una mano colosal empujó a Santos contra la pared.
—Cúbrete, sereno. —dijo Manzano, con el cañón de su revólver todavía humeante».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Oscar Lurueña os lo agradeceremos.