Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 40 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
¡Tormenta sobre Neo Neón, la ciudad del crimen!
Ha llegado la hora de que Blair Bava, la caprichosa y carismática bruja influencer a la que sirvo como familiar, se enfrente a Mecadeth, la misteriosa supervillana que no para de fastidiarnos las fechorías y cuya verdadera identidad es… ¡Magna MacPhoenix, la hija del ex-superhéroe más rico del mundo!
Obsesionadas por ser la supervillana más temible y despiadada de la historia, asoladas por las pesadísimas fuerzas del bien y la justicia (asco de superhéroes, ¿no tienen nada mejor que hacer?) y enfrentadas por el alma de una ciudad demasiado pequeña para las dos; Blair y Magna formarán una alianza tan inesperada como problemática y, bajo el paraguas del odio mutuo, descubrirán que el roce hace el cariño. ¿Hay algo peor para una supervillana?
Alfred Almasy (Madrid, 1993) es un villano literario con un humor muy particular que canaliza sus fechorías en forma de palabras. Es profesor, guionista y productor de cine. Todo lo malo. Ha publicado varios relatos de terror, ciencia ficción, romance, fantasía, humor y drama en diversas antologías, así como las novelas Marita Tejero: soñadora de acero y Homo Marcianitus con las editoriales Cerbero e Insomnia. Además de estas, ha escrito tres novelas más sobre supervillanas rivales, fantasmas cachondos y escritoras obsesivas. Una de estas le tiene que hacer famoso y rico, seguro. En la actualidad, vive en Madrid con su novia y sus gatetes que, según un exhaustivo estudio de una prestigiosa universidad, son los más bonitos del mundo.
«¿Qué por qué deberías leer esta historia?
Porque “Archienemigas públicas” es una novela de romcom y acción protagonizada por dos supervillanas y si eso no te llama la atención es que eres un blandengue.
Porque cuenta con tres narradores: Panache, el demonio familiar que reside en la sombra de Blair; B4B1, la Inteligencia Artificial maligna que asiste a Magna en sus delitos; y Valor, el hijo menor del superhéroe Gallardo, y cada uno tiene su propia voz y estilo.
Porque está acompañada de una playlist muy cañera, repleta de referencias a cómics y películas, inspirada en criminales reales y basada en la rivalidad más destructiva que leerás nunca.
Porque se trata de una novela muy fácil y rápida de leer, perfecta para salir de un bloqueo o para pasar un par de tardes super divertidas.
¿Y por qué no?.»
«Al igual que nosotros, Mecadeth se dedicaba a hacer el mal, pero no de la misma forma. Él/ella/elle (por aquel entonces especulábamos mucho sobre el tema) hacía el mal MAL. Malamente. No como nosotros. Siempre aparecía de la nada, cometía la fechoría de turno y desaparecía sin una palabra. Toda esa presentación para no ofrecer espectáculo alguno. A pesar de todo, Mecadeth había ganado suficiente infamia para considerarse entre los supernovas del supercrimen más superprominentes de la ciudad, junto a mi querida Blair. El resultado de esta dicotomía es fácil de imaginar.
—¡Eh, trozo de mierda y acero! ¿Vas a explicarme por qué me has atacado, aparte de porque seguramente, además de fea, también seas una criatura aburrida, insufrible y repelente? ¿O es solo que quieres morir hoy?
La única respuesta por parte de Mecadeth fue el zumbido de los propulsores a su espalda. Eso, y la red que salió disparada de una de sus palmas para caer sobre Blair. La bruja forcejeó un poco, escupió una maldición y se zambulló a la sombra bajo sus pies, rumbo a su abismo portátil. Apenas unos segundos después resurgió a un par de pasos de distancia. La red había desaparecido. Por desgracia, Mecadeth también lo había hecho. Y se había llevado el dinero.
—¿Pero qué?
Tardó unos segundos en reaccionar y agacharse a recoger lo que había quedado. No le llevó mucho tiempo. Mecadeth apenas había dejado unos cuantos billetes solitarios y algo chamuscados. Blair contempló el cielo nocturno con el rostro hecho un poema. Su rival había desaparecido por completo sin despedirse siquiera. Otra vez.
—Se ha llevado mi dinero.
—Técnicamente no era nuestro.
—Y mi dignidad.»
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Alfred Almasy os lo agradeceremos.