Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
Cada año un adolescente desaparece víctima de un misterioso ser del que se dice se niega a morir y se alimenta del calor de otras almas para mantenerse inmortal: el viejo sin sombra.
Hugo sobrevive a su ataque, pero empieza a tener visitas nocturnas sobrenaturales de un chico que desapareció hace tres años. Se llama Toni Barea y quiere justicia.
Hugo quiere ayudarle, pero para eso primero tiene que saber qué pasó con él: ¿está simplemente desaparecido o ha sido asesinado?, ¿es el viejo sin sombra una mera leyenda o existe de verdad? Tal vez encontrar su cuerpo sea el primer paso para despejar dudas… Así, Hugo se embarca en una frenética búsqueda por la verdad donde solamente tiene tres certezas:
1. SÍ existe la muerte.
2. El fuego NO tiene sombra.
3. EN OCASIONES los muertos no descansan en paz.
Ana (Tarrassa, 1977) ha estudiado dos filologías y es profesora de Lengua castellana y Literatura en un instituto de Madrid.
Empezó a escribir historias de aventuras y suspense ya desde muy pequeña e inspirada en libros como Los Cinco o Los tres investigadores.
El primer premio nacional lo consiguió en 2005 con Próxima estación (X Certamen de relato corto Gazteleku de Sestao) y un año más tarde con El último cigarrillo ganó el XI Premio Jóvenes Talentos Literarios de Majadahonda, municipio en el que residía entonces.
Tras un par de premios españoles más, en el 2008 decidió probar suerte internacionalmente y su relato La fotografía quedó en segundo lugar en la primera edición de Encuentro de dos mundos, organizado en la ciudad suiza de Ginebra.
Además de cuentos, tiene una novela publicada (Suicidios SL) y varios cuentos infantiles.
«El fuego no tiene sombra es una obra pensada para un público juvenil (12-16 años), pero también para aquellos adultos nostálgicos de la “era EGB-BUP-COU”.
Contada desde la actualidad, en plena pandemia del Covid, y con un gran flashback que se retrotrae hasta 1990, acompañaremos a Hugo Santiesteban en su entrada a la madurez mientras se embarca en una aventura que puede costarle la vida.
Si bien el género es el del thriller, se tratan otros temas como el bullying y las enfermedades infantiles, tan en boga en la literatura juvenil, pero huyendo de los personajes planos: aquí ni el malo es malísimo ni los buenos son buenísimos; aquí cada personaje es, como la vida misma, un conjunto de emociones y caracteres… Aquí nada es lo que parece».
[…] a pesar de las magníficas decenas (o cientos) de parejas o grupos de amigos fascinantes que he encontrado dentro de los libros, quizá la amistad más extraña que haya existido de todas las que conozco no pertenezca al mundo ficticio, sino que sea la que tuve yo, Hugo Santiesteban, con Toni Barea durante la adolescencia. Porque Toni y yo podíamos a primera vista no parecer muy diferentes: malos estudiantes, adolescentes de más o menos la misma edad, con la rebeldía y despreocupación propias de esa etapa y seguidores del deporte, sobre todo de la Fórmula 1, y más en concreto de Alain Prost, pero había algo que nos separaba radicalmente, y es que yo estaba y sigo estando vivo, y Toni Barea llevaba muerto ya tres años cuando yo le conocí.
[…]
Corrimos como alma que lleva el diablo a las bicicletas y pedaleamos con furia a pesar de que no nos seguía nadie.
Esa noche, después de colocar el libro robado sobre la mesita de noche, me acosté bastante emocionado por la aventura. Pero mi inquietud también se debía a que hubiera jurado una y otra vez que, pese a estar iluminado, ese hombre no había proyectado sombra alguna sobre la pared. […]
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Ana Laso Tamayo os lo agradeceremos.