Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Historias del padrino es la recopilación de varias novelas cortas para el público juvenil de Octavi Franch, donde predomina el mundo de la fantasía y la convivencia entre personas normales y corrientes y otros seres que pertenecen, a priori, a otros mundos o épocas. El inesperado encuentro entre san Jorge y su mentor, la desaparición de la imaginación, la extraña relación entre un niño y el marido de su madre, un pistolero con aires de superhéroe, el universo de los videojuegos y una cena de Papá Noel y los Reyes Magos son algunos de los ingredientes literarios que encontrarás en esta antología narrativa dirigida a l@s adolescentes que todavía creen en cuentos de hadas, dragones y otras almas de leyenda.
Octavi Franch. Escritor profesional a nivel internacional en varios idiomas desde 1998. Ha publicado unos 75 libros y ganado más de 100 premios literarios. Entre otras carreras es licenciado en Filología Hispánica, Literatura Comparada, Ciencias de la Información, Magisterio y Comunicación Audiovisual. Después de 7 años en silencio por motivos personales, vuelve en 2015 a la primera plana literaria y empieza a reeditar toda su obra en catalán y a publicarla en castellano e inglés. Entre sus novedades literarias destacan la novela La jaula de los no-natos (Naveus, 2020), el recopilatorio de relatos de humor negro Pellizcos y cosquillas (Aliar, 2019) y la antología de cuentos infantiles ilustrados Rondallas del baúl (2018). Como dramaturgo, su último éxito es la obra de microteatro UHF FAN (David de Cromo, 2022) y como guionista audiovisual su producción más reciente es el cortometraje La suegra (UnPocoCortos, 2021).
«Cuando un escritor se enfrenta a los mitos de su adolescencia, es inevitable que todas las dudas al respecto se disipen gracias a su dominio literario de la imaginación, lo único que diferencia a un ser totalmente racional de uno que sigue luchando por mejorar un universo donde nunca ha encajado del todo. Así pues, esa interacción digital conlleva una conversación con dichos dioses de la ficción —e inclusive de la no ficción— en que el autor, servidor, descubre una verdad en apariencia subjetiva, maquillada por paisajes improbables, vestuarios soñados y palabras amables e inhabituales. Pero es justamente esa revelación la que provoca una catarsis que va más allá de leer una colección de novelas crossover, porque la relatividad del tiempo es eso y nada más que aquello: viajar a todas partes en todo momento. Bienvenido a mis mundos de negro sobre blanco».
«Después de apuntárselo, Pere continuó su corto trayecto en dirección al hogar de su querido Quim. Pobre, qué desgracia lo que le había pasado. Y, además, no estaba solo.
El choque fue lateral, pero por los dos lados. Eran dos furgonetas idénticas, negras, brillantes y opacas, como de juguete. Lo encerraron en una curva obligándole a quedarse quieto: no podía hacer en absoluto nada para escabullirse. Estaba atrapado, sin salida, en manos de quién sabe quién... No llegaban a la docena, pero se defecó igualmente encima. Unos tenían la cabeza de animal mitológico —pudo distinguir un unicornio, un minotauro y un pegaso— y otros tenían rasgos asiáticos; le recordaron a una mezcla entre Marco y Son Goku. Todos, eso sí, iban armados: hachas, cadenas, barras de hierro, rifles de caza, revólveres del Far West, una sierra mecánica. Se pellizcó ambas mejillas, pero no soñaba. Si era una pesadilla, era de las agónicas. El móvil tampoco ofrecía señal. Aquello era el fin, era más que evidente. No era muy creyente, pero decidió que era el momento idóneo para hacer las paces con Dios.
Segundos más tarde, la docena escasa de seres alucinantes voltearon su coche, con él en su interior, lo levantaron un metro del alquitrán y lo precipitaron hacia la calle Aragón. De milagro, salió indemne: solo un par de arañazos y un esguince en un tobillo».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes, Octavi Franch os lo agradeceremos.