Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 40 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Belalia se acerca a su final. Todas las razas luchan tratando de detener el avance del Enemigo, sin éxito. Una profecía indica que sólo un hombre de otro mundo podrá acabar con la Hiena y devolver la paz. Pero, cuando al fin llega, descubrirán que ni es un hombre, ni es el luchador que todos esperan...
Elegidos, profecías, mundos fantásticos... Aveun no creía en nada de esto. Pero cuando recibe la llamada, se verá sumergida en medio de una guerra en un mundo extraño y a lo largo de un apasionante viaje descubrirá compañeros únicos y paisajes increíbles, y aprenderá cosas sobre sí misma que jamás habría imaginado.
Cuando salvar el mundo significa perder a los que amas, ¿qué estás dispuesto a hacer para evitarlo?
Olatz Sánchez Meruelo escribe bajo el pseudónimo Eran Mineri. Estudió Publicidad y RRPP y ha recibido varios premios por sus historias cortas, como el primer premio juvenil 2005 Nuestro Concurso de Relatos Breves, organizado por la Diputación Foral de Bizkaia y el accésit senior en 2009 de Relatos Breves del mismo organizador. Ha sido seleccionada para varias antologías: en 2020 para el IX Concurso Internacional Pluma, Tinta y Papel y en 2024 para la antología XVI Encuentro de Poesía y Cuento Premio José Carlos Capparelli. Ha sido también preseleccionada para el Concurso Notas Migratorias César Vallejo 2024 y ganado varios premios literarios menores por sus relatos breves y novelas. Su novela juvenil, La Guerra Celeste, está en la lista corta de los Wattys 2024. Si no la encuentras delante de su ordenador escribiendo, es porque ya está de nuevo viajando.
«La idea nació hace muchos años y fue creciendo y evolucionando, al igual que su personaje. Esta es una historia que cambió mi vida. Me apoyé en ella en los momentos más duros y me dio la fuerza para seguir adelante. Me gustaría que hiciera lo mismo por otros. Que les diera un motivo para reflexionar sobre las vicisitudes de la vida y las motivaciones de cada uno.
Cuando era niña me encantaba leer historias sobre mundos fantásticos, llenos de seres mágicos que tenían un malo definido, vencible e inequívocamente diabólico. La vida es más fácil cuando sabes quién es el malo, pero nunca es así en la realidad. En esta historia, hablamos de los grises, de dioses y hombres, de deseos personales y sacrificios, y en el cómo las decisiones cambian el destino de las personas».
«Aveun quería llorar.
Esconderse o huir también parecían buenas opciones.
Pero contó hasta cinco antes de hacer nada de lo que pudiera arrepentirse. Como sollozar delante de toda la clase de primero de Bachillerato. Así que obvió las risillas que habían comenzado a oírse al final del aula, y tragó saliva sintiendo la garganta seca.
—¿Estabas diciendo, Aveun…? —la instó a seguir la profesora amablemente mientras dirigía una mordaz mirada a la clase.
¿Por qué había tenido que elegir ese tema? ¿Por qué se le había ocurrido que «Mitos y fantasías de la Edad Moderna» era algo que podría interesar a aburridos adolescentes de diecisiete años en la presentación de Filosofía? Preparándose el trabajo en casa le había parecido genial, lo había disfrutado incluso; una forma interesante y absorbente de evadirse de la complicada situación que se daba entre las cuatro paredes de su hogar. Un tema que la ayudaba a evadirse de la realidad y la trasladaba a un mundo repleto de hadas eróticas, ángeles vengadores, vampiros de belleza andrógina, y hombres lobo depilados…
—Bueno, dado que quedan cinco minutos, lo dejaremos para mañana. Raquel, Ibon, solo quedáis vosotros —La sacó del atolladero la profesora, dándole unas palmaditas en la espalda a la ansiosa muchacha y empujándola suavemente para que volviera a su sitio—. Recordad que esta semana terminamos los trabajos en grupo, así que quiero las redacciones sobre las lecturas obligatorias para el viernes que viene.
Aveun sintió enrojecer mientras llegaba lo más rápido posible a su pupitre en mitad del aula. Cuando eligió aquel sitio pensó que era un lugar ideal: ni muy cerca de la profesora y sus temibles preguntas, ni muy cerca del fondo y sus odiosos compañeros. Además, tenía el plus de que las personas que le caían bien estaban a su lado. Pero en ese instante, siendo el centro de todas las miradas desde cualquier ángulo, habría dado su pierna izquierda por estar en el final de la clase.
Se apresuró a abrir su agenda y fingió que escribía.
—¿Mal día? —le susurró Raquel sin mirarla, mientras apuntaba a toda velocidad las lecturas que dictaba la maestra. Aveun la sonrió fugazmente de manera enigmática. La que podría considerar su compañera más cercana se la devolvió. No es que fueran amigas del alma, pero estaban bien juntas, y habían comido fuera del instituto un par de veces. Raquel no parecía especialmente interesada en nada que no fueran los estudios, todos sus esfuerzos se dirigían a conseguir una buena nota en selectividad para llegar a ser médico como sus padres. Aveun, con su anodina media de siete con dos, la admiraba profundamente. Del mismo modo, la pasmaba su capacidad para llevar todos los días unas gafas diferentes según el estilo y el humor que tuviera. Las de hoy eran de pasta turquesa con motas blancas.
No es que fuera mala estudiante. Le gustaban los libros, la historia y la lengua. Quizás debiera esforzarse más en matemáticas y química, lo sabía, pero le resultaba tremendamente difícil concentrarse debido al Vacío».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Eran Mineri os lo agradeceremos.