Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 40 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
En Máquinas de servicio, una madre se sumerge en un viaje de autodescubrimiento y transformación, trenzando una narrativa introspectiva desde observaciones agudas sobre la sociedad y el individuo. El flujo de conciencia de la protagonista aporta un contundente tapiz de introspección y crítica social. El personaje principal vivencia una exploración significativa de la condición femenina, cuya voz es el poderoso vehículo que expresa las complejidades de ser mujer en un mundo en constante cambio y desafío. A través de una narrativa visceral y honesta, la autora toca temas como la identidad, vínculos personales y las luchas internas, con una intensidad que captura tanto la vulnerabilidad como la fortaleza del ser humano. Su lectura invita a reconocer desde la crítica social relaciones de poder y dinámicas humanas enlazadas a experiencias personales a través de un lenguaje crudo y poético que se manejan desde una franqueza conmovedora.
Juana Alejandra. Concepción; 1992. Autora del poemario Dispersión Refractiva (2017) publicado en Chile y El Secreto de la madre (2024) en España. Dramaturga de las obras montadas: El Túnel del Yo (2019) y Contra Reflejos (2018). Ahora por primera vez se presenta como prosista en Máquinas de servicio (2025).
«Únete a la exploración colectiva en Máquinas de servicio. Esta narrativa visceral te sumerge en el flujo de conciencia de una madre y sus reflexiones filosóficas y sociales que nos afectan a todas las personas. Descubre otra perspectiva desde cómo las experiencias se entrelazan entre las luchas internas y las relaciones personales. Desde la voz de una mujer que expresa las complejidades de ser humano en un mundo en constante cambio, esta novela es un llamado a la acción para quien busca reivindicar su voz y su poder, garantizado tal vez solo en la libertad de pensamiento».
«Me acerqué a la ventana. A través del visillo una gran sombra de agua perseguía mi pausa. La más sincera de las últimas horas que ha sido esta semana. Una mujer cruza la calle con una bolsa colgando de su brazo y la otra mano pegada al teléfono celular. Teléfono celular. Celular. Tele-fono. Todo se tergiversa tan fácilmente en palabras-letras re-in-significantes ¿Es que acaso mi dependencia anatómica a la sintonía del mayúsculo colectivo me incluye sólo si le correspondo? ¿Qué podría tener eso que ver con la idea de tele-fono-celular? Partículas de sustrato biológico en que me seguiré descomponiendo. Descubrimientos aglutinantes, materia salvaje, estricto empirismo ilustrado. Sentido común superior. Mentira, no sé cómo funciona un nano chip. Superior. Super-ior, su-perior; de la suma periódica sobre natural. Sobre-natural. Sobre lo natural. Sobre la naturaleza estamos y vamos, aniquilando por develar lo que después se registrará como lo que somos o lo que se es o termina siendo cuando entendemos la función expansiva de nuestras capacidades, ¿mentales?
Lo sobre natural no es que esté por sobre la naturaleza. Es sencillamente lo que sucede sobre ella. Excede la comprobación científica esa separación instintiva que hacemos de la razón con esta conciencia que puede decir “pensar” o “nos hacemos pensar”.
Esa misma separación es también la que permite pararnos sobre ella sin reparar que nos integra ¿Ahí la mística que falta por aceptar para entendernos completos y dejarnos de tanto “es que yo creo qué”?
Error garrafal de la individualidad, negar la cognición espontánea. Nos aleja de nuestro proceso de individuación. Como no querer reconocer el sometimiento de nuestras madres. Trinchera en la que mueren todas, de no ser apreciadas, abiertas como un cielo, receptoras y emisoras de la única sabiduría palpable ¿Por eso platónicamente detrás de rejas, encerradas, por hombres que alteran sus danzas fortuitas a plena luz del día y a libre conveniencia? El verbo, sus palabras, el cruel instinto materno, el crudo intento, musicalizó la angustia primera hasta conseguir nuestro gran paso en la escala evolutiva».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Distrito 93 y Juana Alejandra os lo agradeceremos.