Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 40 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
A finales del siglo XIX, la corriente espiritista arrasa en Europa y las médiums son cotizadas en todo el continente. La fama de una de ellas, la enigmática Olivia Hernández, la precede. Tras atravesar el Atlántico y hacerse un nombre en las principales capitales europeas, aterriza en Asturias para cambiar las vidas de Leandro, futuro marqués abrumado por las responsabilidades venideras, y Martín, un hombre movido por la ambición. Ambos se verán envueltos en un mundo en el que las líneas que separan la realidad de lo espectral se vuelven difusas y los pecados y los demonios acechan en las sombras, agazapados, esperando para atacar las debilidades humanas.
Las fuerzas del mal se desatan en una historia de amor, traición, secretos y venganza no apta para corazones delicados. Aunque tranquilo, lector, nada de esto fue real… O tal vez sí.
A. del Rosario (Asturias, 1982) Desde un rincón verde y olvidado, retuerce palabras para crear historias inquietantes, desagradables a veces, plagadas de leyenda y misterio. Fanática de los relatos cortos por la sorpresa inmediata, el impacto y el reto que supone comprimir un instante en pocas palabras, ha obtenido menciones y premios en certámenes especializados en los géneros de Terror, Fantasía y Ciencia Ficción. Sus textos forman parte de numerosas publicaciones conjuntas —El tercer ombligo de Cerbero, Eugénesis, Vindicta…—y también es autora en solitario de dos antologías centradas en la administración de pequeñas píldoras en forma de terror—Píldoras raras y Más píldoras raras— y una novela de fantasía paranormal, Mi luz eres tú. Con Sangre y humo. Miserere, explora un horror paranormal que sumerge al lector en el mundo espiritista de principios del siglo XX.
«Este libro no es solo una historia, es una experiencia sensorial que te envolverá y te recordará las leyendas al oído, desafiándote a cuestionar tus certezas. Si buscas una lectura que combine emociones y que te haga sentir parte de su aura sobrenatural, este es el libro que estabas esperando. Déjate seducir por su hechizo y embárcate en una época fascinante, al oscuro siglo XIX, donde los enigmas del alma, sus secretos, las pasiones y las ambiciones conducen, de manera irrevocable, a un destino tejido por el odio y la venganza; donde el misterio y el horror paranormal se entrelazan en una historia de amor y traición, de oscuros deseos que laten bajo la superficie.
¿Te atreves a enfrentar tus propios demonios? Sangre y humo. Miserere te espera, lista para desafiar tus sentidos y tu imaginación».
«El féretro, una fantasía labrada con profusión en madera de ébano a la que se le había procurado un tratamiento especial para evitar la descomposición, descansaba en horizontal sobre una peana de cemento en un lateral, pegada a la pared de la izquierda. Por su apariencia, parecía un gran cofre, un arca inmensa que tal vez albergaría quién sabe qué tesoro. Olivia sabía de primera mano que nada más lejos de la realidad: lo que se guardaba dentro de ese magnífico ataúd no era más que el despojo de un ser que, gracias a ella, jamás alcanzaría el descanso eterno. Al menos, mientras le quedasen fuerzas para impedirlo.
Se acarició con delicadeza el hueso de la clavícula hasta llegar al fino cordón de oro que le abrazaba el cuello. La pequeña llave que pendía de la cadena salió del abrigo de sus pechos y Olivia imaginó un breve destello dorado al contacto del objeto con la oscuridad en la que se hallaba sumida. Otro oportuno relámpago, más prolongado esta vez, le permitió hundir la llave en el ojo dispuesto para ello sobre la tapa del ataúd. No la giró de inmediato, sino que se dedicó a repasar con la punta de los dedos cada una de las escenas representadas sobre la madera, hilvanando los retazos de recuerdos que allí había tallados. Sintió su cuerpo comenzar a vibrar con la música lejana de una huasteca que solo sonaba dentro de su cabeza y sus ojos se voltearon hacia dentro, como queriendo ver su interior, convirtiéndose en dos bolas blancas donde se refugiaba la oscuridad de la tumba mientras su mano, de forma mecánica, continuaba palpando cada centímetro de la madera. La energía contenida entre su piel y la caja pareció transmitirse al cielo. Un rayo cayó sobre uno de los cipreses, partiéndolo al medio e incendiando su esqueleto. Pequeñas partículas de fuego perdido flotaron en el aire con la única intención de abrasar las rosas muertas a la entrada del panteón y el fulgor de las llamas crepitantes inundó el interior del sepulcro, jugando con los recovecos que trazaban los dedos de Olivia en el ataúd.
La conciencia regresó a su cuerpo en forma de convulsión. Jadeó unas cuantas veces al tiempo que enfocaba la vista de nuevo y retorció la muñeca para desbloquear el mecanismo de la cerradura, que cedió a su movimiento tras un levísimo quejido. Sin pensar en nada más, Olivia levantó la tapa. Tras el cristal que había debajo, descubrió con satisfacción un perfecto rostro cerúleo, incorrupto, con los ojos tan abiertos como el día que fue enterrado».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes, A. del Rosario os lo agradeceremos.