Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo que puede rondar los 2-3 meses.
La dramática contienda civil en España de mediados del siglo XX provocó un largo periodo de posguerra, en el que los ciudadanos de a pie tuvieron que sobrevivir sorteando las graves dificultades derivadas de la situación económica y social en la primera época del franquismo. En este contexto, en un barrio periférico de Madrid se produce a principios de los años 60 el asesinato de una prostituta en un típico patio vecinal. Un veterano inspector de policía un tanto peculiar se encargará del caso, y en su investigación saldrán a la luz secretos inconfesables de los vecinos y las tormentosas relaciones entre ellos. A través de sus pesquisas en escenarios diversos donde aparecen personajes heterogéneos, puede apreciarse con toda su crudeza un retrato veraz del entorno ciudadano madrileño en esos difíciles tiempos.
Victorino Boisán Benito nació en Madrid en la década de los años 50. Pasó su niñez en un barrio obrero y estudió en un colegio laico donde regían las férreas directrices del franquismo. Si bien en sus primeros años tuvo que ayudar en el negocio familiar sito en un popular mercado, tras pasar por diversas ocupaciones laborales se dedicó a la enseñanza en colegios públicos de diverso nivel, ejerciendo de director en uno de ellos. Desde edades muy tempranas mostró un profundo interés por la lectura y más tarde por la creación literaria, lo que ha dado como resultado multitud de obras escritas de índole variopinto, incluidas piezas teatrales en las que ejerció como actor y director. Todo su tiempo y su empeño han estado dedicados a los niños (como maestro), a los viajes (como observador y aprendiz) y a las palabras (como lingüista y escritor).
«La literatura es un medio insustituible para conocer de forma veraz los acontecimientos históricos y sociales. Esta novela retrata los años de posguerra española a través de los ojos de un niño que desvela sus vivencias en un entorno real de aquella época. Incluyendo una buena dosis de fantasía detectivesca, pueden apreciarse las penurias de la clase obrera madrileña en un barrio periférico. El recorrido de un intrépido inspector de policía nos da a conocer personajes representativos de la época, el prestamista, la madame de un bar de alterne, el militar sin escrúpulos, el maestro de escuela y muchos más que dan rienda suelta a los instintos sexuales como fórmula de escape a sus penosas circunstancias. El lenguaje llano y coloquial y la trama de suspense captarán la atención del lector hasta la resolución final de un asesinato enigmático».
«—Eh, tú, rubia, ven pacá.
El inspector Lucio no había optado en esta ocasión por hacerse el cliente despistado para hablar con la chica del club a la que tanto había afectado el nombre de la Belén como para caerse de la banqueta. Decidió ir con su placa de policía por delante y sacar la información por medio del poder que ese estatus confiere. De forma oficial y con todos los medios disponibles a su alcance.
Un tipo extravagante vestido con pantalones campana muy exageradamente entallados y un minipull de esos que no tapan el ombligo acompañaba a la camarera. Una gorra gris de chulapo madrileño completaba el cuadro que el inspector vio acercarse a su coche con expresión amenazante.
—Oye, gordito, ¿tú con quién te crees que estás hablando? ¿Con las vacas de tu pueblo? Esta mujer es una señorita y hay que tratarla con el respeto debido, porque si no su protector, aquí mi menda, se podría cabrear y darte un par de hostias que se te iba a encender el pelo por los cuatro puntos cardinales.
El chulo nunca supo de donde salió la pistola que sostenía en la mano el hombre que permaneció sentado en el asiento del conductor de aquel 1400 B. Vio aproximarse el cañón hasta su sien desde una parálisis producida por el terror. Se estaba cubriendo de sudor su frente, cuando la otra mano del inspector le apretó los huevos con toda la mala leche posible.
—Escucha, trozo de mierda. Me he cargado a tipos que olían mucho mejor que tú —apretó un poco más la mano que sostenía los doloridos testículos y notó romperse algo dentro de ellos. El proxeneta gritó como si se los hubiera pillado con la tapa del piano—. Ahora, cuando yo cuente hasta tres, te vas a llevar tu asqueroso culo de esta zona y lo pones en un sitio donde yo no pueda volver a verlo. Si así lo haces llegarás a viejo. ¿Has entendido el mensaje o quieres que te lo escriba? Va... cagando leches.... —soltó la presa y alejó la pipa de la cabeza del maltratado protector de señoritas, el cual salió corriendo con un extraño bamboleo de sus piernas, como si bailase».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Victorino Boisán Benito os lo agradeceremos.