Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Trazadores de líneas imaginarias es una colección de relatos del mundo real observado a través de un prisma irónico y amable, absurdo y esperanzado; unas veces en tono alegre, otras, en tono dramático. En ellos la crítica y la reflexión aparecen de forma deliberadamente ingenua e incisiva. Personajes jóvenes y no tanto se enfrentarán a la alienación humana para encontrar su digno lugar.
¿Qué hace un buzo en la panza de un hidroavión? ¿Se puede amar a un ectoplasma? ¿Fue el LSD o fueron los dioses? ¿Para qué quiere una princesa un acelerador de partículas? ¿Llegará a haber abuelas astronautas? ¿Y si la imaginación humana genera más muros que caminos? ¿Buscarías a tu amado-aguja en un pajar-aeropuerto? ¿Somos el juguete del destino? Estas y otras cuestiones se resolverán en este libro.
Mónica Riaza Suárez es escritora y dibujante. Su carrera profesional se ha desarrollado en el campo de la enmarcación, restauración y venta de cuadros. Se licenció en Biológicas por la Universidad Autónoma de Madrid y es restauradora y doradora de oficio. Fue becaria del taller de escritura de la Asociación Colegial de Escritores y el Centro Español de Derechos Reprográficos. Forma parte del grupo Mapea de Roger Domingo.
En sus redes sociales (Instagram: @amadisdejauja y Facebook: @Mónica Riaza) aparece como madrileña-astur, amante del buceo en apnea, los paseos, los pájaros, los árboles, algunas personas y ¡los grafitis! Le gusta el cine con locura y es lectora empedernida. Lo que no pone en ninguna parte es que, una vez, a 50 metros de profundidad en un arrecife cubano, vio un tiburón enorme y conoció el pánico. Y aquí sigue.
«Los relatos de Trazadores de líneas imaginarias muestran a personas singulares en historias repletas de agilidad y dinamismo y mantienen en permanente interés al lector al estar llenas de misterio, intriga y sorpresa. Además, el amor, o el desamor, están presentes en la mayoría de ellas: el de pareja, el paterno-filial, el interesado y la envidia, los celos y la desolación por la traición.
Este libro agradará a los jóvenes adultos desenfadados que disfrutan de meter la nariz en un libro con algo de experimental, que alterna drama y comedia, que contiene personajes bien definidos, un montón de aventuras y desenlaces extraños. Y también gustará a lectores adultos amantes de las historias de calidad, con tiempo para practicar su pasión lectora despacio, deleitándose, saboreando».
«Sofía no estaba dormida. Tampoco estaba despierta. Su mente se encontraba en una frontera no delimitada entre la consciencia y el sueño. La luz entraba en la habitación atravesando dos filtros: las múltiples y estrechas rendijas de la persiana y la cortina. El efecto era de una iluminación tamizada que hacía que se percibieran las sombras de las motitas de polvo flotando en el aire. Si se giraba, la camiseta se retorcía y trepaba por su cuerpo, dejándole el vientre al descubierto. Sentir algún pequeño escalofrío no era razón suficiente para que tirara de ella hasta colocarla en su sitio como hacía a menudo. A su lado, ni tumbado ni sentado sobre la cama, el hombre con quien compartía el día y la noche estaba leyendo las noticias en su móvil, en un tono no muy alto. Su voz descifraba los titulares y, a veces, el resumen de alguna de ellas. Si algo le parecía interesante se escuchaba una información o un artículo completos, rematados siempre por algún comentario personal. En otras ocasiones se habrían producido fuertes discusiones y debates entre ellos; pero esa mañana, la voz era para Sofía un ligero murmullo de fondo que la sedaba. A medida que iba sintiendo calor cambiaba de postura. Introducía un pie entre las sábanas en el sitio en que estas van a esconderse bajo el colchón. Disfrutaba del frescor momentáneo y del suave roce del algodón al acariciar su piel en movimiento. De vez en cuando abría los ojos y durante minutos eternos se concentraba en el infinito».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Mónica Riaza Suárez os lo agradeceremos.