Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 50 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
En el recóndito valle de Éfeser, la larzaría, la entrópica brujería perseguida por la hermandad del Malleus Maleficarum, despierta fuerzas que amenazan a acabar con todo ser que habite la belicosa región de La Mesna. Si no son detenidos, los avivados tomarán el resto del continente.
El caprichoso destino se apoyará en cuatro pilares para la destrucción del mundo. Estos desconocidos no tienen nada en común salvo su determinación por salvarlo.
Desde el pequeño de los costureros al mercenario en el que todos los ojos están posados.
Desde el pequeño animal ladrón a la bruja sin nombre, la mayor de las culpables.
Esta es la historia de la Forja de Nis. De los cuatro improbables héroes que llevaron a término su enigmático si no. Esta es la historia que arrastraba un viento que soplaba desde el este.
Javi Alonso conectó con la fantasía en su infancia y se ha nutrido de cada universo, valorando el potencial de la narrativa fantástica como medio para denunciar injusticias, resolver dudas y combatir temores que acechan en el día a día. Comienza a forjar Nis en la más temprana adolescencia, buscando un sitio donde situar sus relatos y sus partidas de rol que, conforme los años pasaban, no dejaba de crecer en complejidad.
Desde entonces, ha recibido numerosas palabras de ánimo de todos aquellos que visitan La Escade, el continente donde sitúa sus historias, para que comparta su mundo y sus historias.
Casi obseso de la lectura, la historia y la narrativa en cualquiera de sus formas, y “maestro” en sentido metafórico y literal por su profesión, debuta con Tumbas poco profundas como su primer libro.
«Tumbas poco profundas realiza un acercamiento a la fantasía tomando elementos de la ciencia ficción, apartándose de la ambientación centroeuropea medieval para tomar una fuerte inspiración mediterránea. La Escade podría ubicarse temporalmente en un renacimiento tardío, por lo que las armas de fuego son relativamente comunes y los problemas económicos y sociales han progresado casi al mismo ritmo que han crecido las ciudades, llenándose estas de todo tipo de parias.
La larzaría, brujería que utiliza el fuego, es extremadamente peligrosa y afecta gravemente tanto al conjurador como a su entorno. Para combatirlos, la orden del Malleus Maleficarum aplica un régimen de terror sobre ellos.
Dentro de este contexto y de esta ambientación se exploran temas sobre el progreso, la violencia, el ostracismo y diversos temas de salud mental».
«Erial corría. Las rocas y las ramas de aquella senda se le clavaban en los pies descalzos. La lluvia había embarrado el camino y eso no hacía más agradable la carrera. Sentía sus heridas. Sin duda había sangre. Necesitaba limpiárselas, el escozor le hacía cojear; tendrían que descansar cerca de un río o un lago.
Leonardo iba por delante. Avanzaba a grandes tirones, llegando hasta casi el final del sendero y solo dándose la vuelta en ese momento para comprobar que le seguía a un ritmo adecuado. No le tenía la posibilidad de hablar con él para pedir siquiera un respiro.
Habían avanzado a ese ritmo desde Éfeser durante tres días. Solo al caer la noche se permitían descansar: por turnos uno dormía mientras el otro vigilaba. Estaba terriblemente agotada. Sus piernas se movían por inercia después de tantas horas de viaje. Sus pies, empero, no estaban aguantando el tirón con tanta facilidad.
Pisó una roca algo más afilada de lo esperado y se hizo otro feo corte en el talón derecho. La adrenalina no le permitió sentir el dolor, pero fue la gota que colmó el vaso. Se dejó caer en la roca para frustración de su hermano.
Una vez sentada, pudo mirarse detenidamente. Sus ropas, de vestal de Zel, estaban pensadas para el descanso en el templo y la reverencia: ropajes negros con delicados encajes que habían quedado destrozados del todo a causa de aquella marcha incesante. Incluso la capucha, que estaba utilizando para cubrir su particular cabello negro ceniciento, era de tela y cumplía una simple función ceremonial así que la lluvia le había calado hasta los huesos.
Solo tres días. ¿Dónde estaba la ciudad más cercana? O lo que era peor, ¿dónde estaba la ciudad más cercana donde pudieran ser aceptados?
—¡No te pares! —Le llegó la voz de su hermano atenuada por la distancia.
Ella ni le miró. Se observaba con detenimiento los pies. Un corte vertical le abría el pie derecho de arriba abajo y, sin embargo, le resultaban más molestas pequeñas heridas que se había ido haciendo unas horas atrás.
—¡Vamos! ¡No podemos parar!
—¡Tengo que parar! ¡Lo necesito! —Respondió bruscamente.
Cogió un tarrito de los que usaba para guardar las polillas de fuego. Ese nombre siempre le había parecido harto inexacto. Para empezar, se trataba de una mariposa, solo que eran una especie particular que tenían su periodo más activo durante las noches. Además, el fuego era únicamente una herramienta de defensa. La linfa de estas mariposas era extremadamente volátil, explotaba al contacto con el aire generando una pequeña llamita. Eso había permitido que los depredadores naturales fueran escasos y que su luz pudiera mostrarse en la noche sin riesgos. Por otro lado, la hacía curiosamente oportunas para el uso por parte de los lárzaros, que acostumbraban a llevar varias con ellos en todo momento. Convocar el fuego requería una chispa o llama cercana, y era más cómodo viajar con frascos de polillas que con antorchas, yesca y pedernal.
Erial sacudió el tarrito y, cuando consideró que ya habría sido suficiente, lo abrió. Un pequeño estallido de fuego salió de él, como fruto de la reacción de los restos de la mariposa, y Erial la utilizó para convocar el aspecto de la Llama, uno de los ocho aspectos del Fuego en la larzaría. La herida de sus pies se cauterizó, expulsando algo de humo».
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Javi Alonso os lo agradeceremos.