Hay muchos casos en los que los proyectos se lanzan y pasan días, semanas y la recaudación es muy baja o incluso del 0%. Y… ¿Por qué mi contador sigue a 0? Pero si mi idea es magnífica, he incluido todos los elementos necesarios para estar presente en una plataforma de crowdfunding y realmente necesito el dinero ¿qué ocurre?
¿Qué NO ocurre, más bien? A continuación, detallamos una serie de “patinazos” que cometen los responsables de los proyectos y que suelen ser consecuencia de un doloroso fracaso.
1.- “Con subir el proyecto a la plataforma, me basta”.
Claro y los apoyos llegarán por arte de magia. No, amig@. A la subida de los datos a la plataforma le sigue un proceso que quizá sea el más determinante para tu éxito: la campaña de comunicación. Debes comunicar, difundir, notificar, transmitir, revelar, DAR PARTE de tu proyecto y esto, compañer@, es responsabilidad tuya. Nadie mejor tú conoce tu proyecto, nadie mejor tú sabe quién ese es público objetivo al que deseas llegar, por ende, nadie mejor tú sabe cuáles son los mensajes que deseas que oigan.
2.- Una que nos gusta mucho: “la plataforma debe buscarme los mecenas”.
La plataforma va a echar una mano a tu proyecto difundiéndolo a través de sus canales de comunicación, pero piensa que las comunidades online de las plataformas son muy heterogéneas. Los mensajes que puedan emitir nunca pueden tener la misma eficacia que los lanzados por el autor del proyecto, que sólo los va a lanzar al público potencialmente interesado.
3.- “A cambio de 30 euros doy al mecenas un descuento del 5% en mi producto”.
Pretender que un mecenas pague por obtener un descuento es un FAIL tan grande como la catedral de Burgos. Cosa diferente es que a cambio de esos 30 euros prevendas tu producto al mecenas y, además, le obsequies con un descuento para su próxima compra en tu tienda, eso sí.
4.- Describe tu proyecto: “Quiero costearme el viaje de Erasmus a Edimburgo”.
Los proyectos personales, en general, suelen presentar una dificultad añadida y es que son, eso, personales. El target objetivo se reduce a tu pareja, familia y el vecino del segundo. Pero es mucho más complicado, hasta el punto de convertirse en algo cómico, si tu intención es que desconocidos te paguen el viaje y a cambio reciban una colección de fotos de tu paso por todos los tugurios escoceses. Súper fail.
5.- “Racanear” a la hora de proporcionar datos sobre tu proyecto.
Un párrafo de cuatro líneas no es una descripción, es una broma. Los mecenas quieren conocer toda la información que envuelve tu proyecto, lo que no sólo implica la sinopsis del libro que pretendes financiar, en absoluto, quieren saber por qué te has lanzado a escribir tu primera novela, quieren conocer otros trabajos tuyos, ¿tienes un blog? línkalo, de dónde te viene esa pasión, quién eres y a dónde vas. En realidad, no es imprescindible, pero es altamente recomendable. La información pobre despierta suspicacias, lo que se traduce en la huida del mecenas.
6.- No darle importancia a los elementos audiovisuales.
Mal. Muy mal. Si tu proyecto consiste en dar a conocer tus dotes pictóricas, leñe, incluye todo el abanico de tus obras, tus cuadros y hasta tus croquis. Se trata de esa parte de ti que quieres comercializar, dala a conocer. Los elementos audiovisuales ilustran y arman el proyecto, le dan entereza y captan la atención, muchas veces los mecenas los necesitan para terminar de dejar su apoyo en tu proyecto.
7. Recompensas basura.
Inflar las recompensas a base de agradecimientos. No funciona. Pedir 5 o 10 euros a cambio de nombrar al mecenas en nuestra página de Facebook, perfil de Twitter o web está genial, pero la cosa debe quedar ahí. Pedir 20, 50 e incluso 100 euros (lo hemos vivido) es sacar todos los miembros del tiesto. Los mecenas son las personitas que van a hacer realidad nuestro proyecto, merecen una compensación adecuada por la confianza ciega que depositan en nosotros al apoyarnos económicamente. Demostremos nuestro compromiso con ellos con recompensas a la altura de esa confianza.
Pedir una cantidad desorbitada para un contenido escuálido. Haz un ejercicio de reflexión y colócate en la posición contraria, en la que tú eres el mecenas ¿pagarías 50€ por una gorra, un CD o un libro impreso
La recompensa no tiene nada que ver con la temática del proyecto. Si tu idea consiste en lograr fondos para llevar a los teatros madrileños tu primera obra no puedes ofrecer a cambio unas pulseritas a base de piedras de cuarzo.
Poner una única recompensa. No debemos olvidar que la cantidad económica que necesitamos para sacar adelante el proyecto está directamente relacionada con la cantidad de recompensas que debemos ofrecer. Veamos un ejemplo, necesitamos 15.000 euros para organizar un evento a nivel local sobre marketing y redes sociales, lo que no podemos hacer es incluir una única recompensa de 30 euros para entrar al evento porque necesitaríamos 500 apoyos como mínimo. La cosa cambia si ofrecemos por 30 euros la entrada, por 60 la entrada más alojamiento en la ciudad, por 300 un patrocinio básico, por 600 euros un patrocinio premium…se trata de minimizar el riesgo de necesitar demasiados apoyos.
No nos cansaremos de repetirlo: las recompensas son uno de los pilares sobre los que se fundamenta el éxito de una campaña de crowdfunding, merece la pena trabajarlas.
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