
Colaborando en esta campaña preventa recibirás el libro en casa antes de que entre en circulación, para que esto sea posible nos hemos propuesto alcanzar en torno a 40 reservas, para iniciar los procesos de edición justo después de finalizar la campaña; en un plazo de unos meses.
Miren, una bruja de mente inquieta, empieza en la Universidad de Uribe Mendi con intención de vivir despreocupadamente. Allí, donde se aprende a domar fuego, agua, tierra y aire, su poder es una anomalía: ella maneja la electricidad también. Sus sueños, plagados de noche, plumas y tormentas, son un eco de la mitología vasca que habita el bosque.
Tras un rito de iniciación, descubre una guerra oculta entre fuerzas ancestrales. Cuando una bruja aparece muerta, es sólo el comienzo: una caza de brujas. Atrapada en medio del conflicto y sin saber en quién confiar, Miren ya no puede evitar intervenir. Deberá conectar con la mitología, dominar su poder único y aprender a pedir ayuda para salvar a su universidad y descubrirse a sí misma. Azul del fuego es un viaje de curiosidad, magia y autodescubrimiento.
Irati Elorza Toscano (1989) nació y creció en la costa vizcaína, donde aún vive. Estudió Filología Inglesa en la Universidad de Deusto y el Máster de Guion de Ficción en Cine y Televisión en la Universidad Pontificia de Salamanca. Trabaja de profesora de secundaria y lo compagina con su pasión: la escritura. Erasmus de Westbury Road (2020) es su primera novela, que cuenta el reencuentro grupo de Erasmus en París. La novela del espía (2023) narra la historia de un agente secreto, una camarera y un complot a escala europea. Azul del fuego es su última novela, donde la magia y la mitología vasca cobran protagonismo. Irati sobrevive gracias al baile, llevar flores en el pelo, leer y caminar, ingentes cantidades de té y al mejor gato negro: Akelarre.
«Lo notas, ¿no? Esa pulsión que tiene la tierra, el sonido del mar, el baile del viento y el crepitar del fuego. Porque ya sabemos que la magia no existe en nuestras calles, pero, ¿y si…? Ese y si que nos ronda cuando contemplamos naturaleza fue lo que agarré para escribir. Miren, la protagonista, saltó a mi mente un día hace una década. Dejé que la historia macerara y luego me senté junto a ella para investigar qué pasaba, a dónde iría. Pasé años pensando en mitología. Cómo sería ser inmortal, qué haría yo si lo fuera. Si alguna vez te han llovido estas dudas, si te gusta dark academia, te presento Azul del fuego, un thriller mitológico. Si has leído hasta aquí es porque lo notas, ¿no? La llamada es esta.
La música forma parte de esta novela y hay una carpeta en Spotify creada con folklore (sobre todo vasco) llamada Sorginkeriak (brujerías). https://open.spotify.com/playlist/1zqyCaUH0qrEKzgUckoxrC?si=741578e53b0c48cb»
«Y entonces lo vio. Un niño. Los miraba intensamente y Miren no entendió cómo no lo había visto antes. La luz de la luna lo iluminaba entre los árboles.
—¿Qué otros caseríos hay por aquí para que esté este niño por ahí?
Xabi colocó su índice sobre sus labios. Frenó a Miren cuando ella intentó adelantarle para ir hacia el niño.
—No es un niño.
—Me he perdido —dijo el niño.
La niebla llevó su voz hasta el dúo.
—No es un niño —repitió Xabi con frenesí.
—¿Dónde vives?
—No le hables.
Miren miró a su amigo, que parecía al borde de las lágrimas.
—Creo que, por aquí, ¿me ayudáis?
El niño iba con un pijama azul clarito con cohetes estampados en todas partes.
—Xabi, es un niño, por favor. Estará muerto de frío. ¿Cómo te llamas?
Se quedó en silencio, mirándolos. A Miren le dio la impresión de que, aunque nadie se hubiera movido, estaban cada vez más cerca.
—Miren, créeme, no es un niño. Lo noto que no es un niño.
Se miraron a los ojos y ella vio el miedo latir en el rostro de Xabi, que generalmente era tan prudente y calmado. Y cuando volvieron a mirar estaba a tan sólo un par de metros, y Miren se convenció de que no era un niño. Tenía un pijama de niño, y cuerpo de niño e incluso aparentaba tener rostro humano, pero era como si llevara una máscara de rostro, como un dibujo que no estaba del todo mal, pero cuanto más se miraba, más errores contenía. El antes niño tenía el rostro afilado y la mirada fiera, como si los fuera a morder o a comérselos si se acercaban más de la cuenta.
—¿Xabi…? —esta vez fue Miren la que notó su voz temblar.»
Por otro lado, independientemente de que colaboréis realizando vuestra reserva o no, en ocasiones no se puede, sería una inestimable ayuda que os hicieseis eco de esta campaña a través del boca-oreja o por redes sociales... la Cultura, Malas Artes y Irati Elorza Toscano os lo agradeceremos.