Taranis, un reconocido Capitán y Comandante del Reino de La Corte, se ve obligado a huir junto con su pupilo Amaethon tras ayudar a escapar a un viejo amigo con orden de exilio. Para ello se trasladan al Reino de Elthan y son reclutados por Los Exploradores, una compañía que tiene como objetivo explorar los territorios desconocidos del lejano Este. Sin embargo, tras un trágico accidente en barco, ambos protagonistas acaban, después de una multitud de acontecimientos, en un bosque repleto de gente desterrada de La Corte. Allí deciden que la tiranía del rey Styr debe terminar, por lo que, tras la elaboración de un complejo plan y un desesperado entramado de alianzas, consiguen hacerle frente en batalla y, tras la victoria, establecen la Primera República del continente. Sin embargo, las noticias que llegan del lejano Este marcarán el inicio de un nuevo conflicto…
Tandaia es una editorial con voluntad de cambio, de publicar obras poco convencionales pero de indudable calidad, con nuevas y refrescantes ideas como es el emplear una campaña preventa para promocionar cada título cuando esta todavía se encuentra en proceso de edición.
De este modo eres tú, ahora que te estás planteando cómo colaborar, el que decide si la obra que te presentamos verá la luz pasando a formar parte de nuestro catálogo... porque consideramos al lector parte fundamental del proceso.
Hoy se nos presenta Iago Blanco.
Nací en Santiago de Compostela el 16 de marzo del 2000, ciudad donde cursé todos mis estudios. A los 14 años comencé a elaborar esbozos de mapas y a almacenar las ideas que posteriormente recogería en Augurios de acero, mi primera novela. Sin embargo, fue un viaje, organizado por mi instituto, a la sierra del Courel lo que me instó a hacer de mis ideas una narración. Altamente inspirado por la Historia y las grandes figuras de la literatura de fantasía medieval, mis máximos referentes son Patrick Rothfuss, George R.R. Martin y J.R.R. Tolkien, cuyas obras marcaron la mayor parte de mi adolescencia.
Actualmente estudio el Grado de Historia en la USC, y me encuentro en proceso de elaboración de otras novelas, todas ellas basadas en el mismo mundo ficticio.
«Una novela de fantasía siempre abre nuevos universos. En este caso, con Augurios de acero intento desarrollar un mundo de increíbles paisajes, criaturas legendarias y multitud de historias y mitos, dando pie a un gran desarrollo imaginativo por parte del lector. Además, como adolescente fanático de las grandes novelas del género, trato de reflejar, lo mejor posible, los elementos fundamentales de la fantasía épica juvenil».
Y por aquí una muestra de lo que encontraréis en sus páginas:
«Bajo la hierba, el suelo ya no se componía de arenisca, sino que volvía a ser de tierra parda y rojiza. A lo lejos vieron, por primera vez desde que se habían marchado de Elthan, una hilera de árboles no muy altos pero frondosos por donde perdieron de vista a la llama imperecedera. Se internaron por entre las frescas hojas y volvieron a ver, en medio de la oscuridad, aquel suave fulgor que les condujo, lentamente, hacia el medio de aquella arboleda, hasta que escucharon el apacible burbujeo del agua.
Agua.
Continuaron con cuidado la estela de la llama hasta que divisaron, más allá de donde la arboleda terminaba, un lago en medio de una explanada de pastos verdes y rocas grises. Se acercaron todavía más, pero la luz ya no siguió avanzando. Entonces, el fuego fatuo, aquella guía celeste, se solidificó y cayó al suelo en forma de una preciosa piedra blanca, pero en cuyo interior todavía se albergaba el corazón de la llama de color azulado. Amaethon se acercó a ella y la cogió con la mano. Estaba caliente, pero con el tiempo se fue enfriando. Era tan agradable a la vista como lo había sido en su otra forma. Perfectamente redonda y, en el interior, esa pequeña luz que se movía intentando salir de aquellas paredes lechosas.
El joven la guardó y caminó junto a Taranis hasta la laguna, y se agacharon en la orilla para beber. El agua complació a sus paladares secos y refrescó hasta sus últimas entrañas.
En ese momento escucharon algo que se revolvía cerca de ellos, en la parte oeste de la arboleda que habían cruzado. Cuando se dieron la vuelta no había nada, de modo que rodearon la laguna y siguieron andando hacia el Norte. Pero de pronto, de una voz desconocida surgieron unas palabras».
Sabemos que son tiempos difíciles, también nosotros los sufrimos, y es posible que no te encuentres en disposición de apoyarnos con tu mecenazgo en estos momentos... pero esperamos que si esto te ha llegado al alma, incluso si tal vez conoces en persona al autor, trates de difundir esta campaña (facebook, twitter, blogger, boca-oreja... ) para que alcancemos nuestra meta y Iago Blanco vea publicada su obra.