David busca tatuarse algo que le dé la vida que no encuentra. Mailen es tatuadora, pero no una tatuadora cualquiera. Sus caminos se cruzan e inician un tramo juntos. Su relación no es de amigos, ni de pareja, ni de nada que se pueda catalogar; ni siquiera, de cliente y profesional. Es un nexo sin nombre, allí donde las almas hablan, que será crucial para los dos, en su búsqueda vital. Sus luchas interiores, entre grandezas y miserias humanas, y el abismo entre sus campos de batalla, les harán tomar caminos distintos, manteniendo, sin embargo, ese nexo inexplicable que les guiará hasta volverse a encontrar.
Tandaia es una editorial con voluntad de cambio, de publicar obras poco convencionales pero de indudable calidad, con nuevas y refrescantes ideas como es el emplear una campaña preventa para promocionar cada título cuando esta todavía se encuentra en proceso de edición.
De este modo eres tú, ahora que te estás planteando cómo colaborar, el que decide si la obra que te presentamos verá la luz pasando a formar parte de nuestro catálogo... porque consideramos al lector parte fundamental del proceso.
Hoy os presentamos a Carmen Suero.
Catalana de nacimiento, con raíces gallegas, y madrileñas, vive su infancia y adolescencia en Navarra, hasta los 17 años que vuelve a Barcelona. Apasionada del ser humano y sus relaciones, se formó y ejerce, como psicóloga clínica/psicoanalista en consulta privada, y como Orientadora en Programas de Inserción Sociolaboral, con colectivos diversos y en riesgo de exclusión. Su actividad laboral alimenta su investigación sobre el ser humano, enriquece su ser, y le inspira.
Pensadora e introspectiva, escribe desde niña (poesía, pensamientos, relatos, cartas, diarios, aforismos…), de forma irregular e íntima, hasta que, hace unos años, se convierte en actividad fundamental en su día a día. Amante acérrima de la brevedad, en 2014 se sumerge en su primera novela, y de ahí en adelante, las sucesivas, pues se lo pasa en grande, aunque sobre todo, ha obtenido reconocimiento en poesía.
Escribir es vital para su ser; publicar, una forma de compartir.
«A través de los protagonistas hay mensajes que pueden hacer reflexionar sobre la vida que decidimos, sobre las cadenas que apresan a nuestro ser, y cómo siempre podemos rectificar para encontrar esa paz de existir que por naturaleza buscamos. David y Mailen son tan auténticos, que hasta a mí, me sorprendían, a veces, mientras escribía, incluso, me han sorprendido al releer. También pueden sorprenderte a ti».
Y por aquí una muestra de lo que encontraréis en sus páginas:
«Ya no podía recordarlo como lo había sentido. Allí en la terraza, con su café con leche, y el sol mirándola, pensaba en cómo David la había apartado de su vida, y lo lejano que lo sentía.
Miró su taza en aquel momento y se sonrió a sí misma con cierta nostalgia. Vio la silla vacía al otro lado y se imaginó que él estuviera ahí sentado. Se entretenía muchas veces imaginando. Lo imaginó con la cara sonriente, pero no supo si porque era feliz con su vida o porque en ese momento estaba con ella.
Habían pasado cuatro años y medio desde aquel noviembre. Se enteró, en una casual conversación con un familiar, de que finalmente él se había tatuado algo en otro lugar, que había ido con su novia y se habían tatuado los dos. Sintió, entonces, curiosidad por saber qué se habría grabado, pero, sobre todo, sintió pena, una pena ajena y resignada.
Mailen tomó su café con leche entreteniéndose con sus pensamientos ¿Por qué ese día lo tenía tan presente? Era extraño, de esas cosas a las que no llegaba, pero le apasionaban. Hacía ya mucho que entendió que él se había ido a una vida que nada tenía que ver con la que los dos habían dibujado.
Lo tenía enfrente, le había preparado un café, también. Él no dejaba de mirarla y sonreírle con inseguridad. Ella le miraba con serenidad.
—Y bueno, al fin aquel café perdido —comenzó ella con algo de ironía.
David bajó la mirada y adoptó una expresión seria y pensativa.
—¿Cómo va tu vida? —continuó Mailen atrayendo su atención.
—Sé que me he comportado como un miserable contigo, Mailen, no sé ni cómo me hablas, pero es lo que soy, ya lo sabes, un cobarde sin remedio».
Sabemos que son tiempos difíciles, también nosotros los sufrimos, y es posible que no te encuentres en disposición de apoyarnos con tu mecenazgo en estos momentos... pero esperamos que si esto te ha llegado al alma, incluso si tal vez conoces en persona al autor, trates de difundir esta campaña (facebook, twitter, blogger, boca-oreja... ) para que alcancemos nuestra meta y Carmen Suero vea publicada su obra.