La vida de «el Americano» es una constante huida. Huye de la mafia neoyorquina de su país debido a las deudas de juego y los líos de faldas. Huye a España, donde las Brigadas Internacionales le darán una nueva identidad, un objetivo distinto, durante la Guerra Civil española. Huye a la sierra aragonesa tras la derrota del bando republicano y de allí al otro lado de los Pirineos, hacia una Francia ocupada por las tropas de Hitler, un diferente lugar del que también deberá huir. Sus antiguos camaradas, el general De Gaulle y la Novena Compañía de Blindados de la Francia Libre le darán poderosas razones para seguir huyendo, pero no se puede huir de uno mismo.
Una huida que zarandea al protagonista de una guerra a otra, de una nación a otra. New York, el norte de España, el sur de Francia, Argelia, Túnez, Inglaterra, París,… Un viaje a lo largo de tres continentes donde coincide con muchos desconocidos. Algunos serán amigos y unos pocos hermanos, pues todos comparten una madre común llamada Fortuna.
Tandaia es una editorial con voluntad de cambio, de publicar obras poco convencionales pero de indudable calidad, con nuevas y refrescantes ideas como es el emplear una campaña preventa para promocionar cada título cuando esta todavía se encuentra en proceso de edición.
De este modo eres tú, ahora que te estás planteando cómo colaborar, el que decide si la obra que te presentamos verá la luz pasando a formar parte de nuestro catálogo... porque consideramos al lector parte fundamental del proceso.
Hoy te presentamos a Roberto Migoya Ramos.
Nació un martes y 13 de julio de 1976 en la localidad berciana de Ponferrada (León), donde ha residido toda su vida, salvo la década de su periplo universitario. De allí, de la capital de provincia, se trajo un buen puñado de amigos y una Licenciatura en Historia del Arte, cursada y superada (con la mediocridad propia de un estudiante más pendiente en devorar la inmediatez de la vida) en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de León. Si queremos entrar en profesiones la cosa se complica, pues le ha tocado desempeñar una polifacética vida laboral. Tan variopinta que va desde la fontanería hasta la conducción de maquinaria industrial, pasando por el reciclaje, el mantenimiento de piscinas y la hostelería. Oficios todos ellos que ha intentado combinar, en la medida de lo posible y hasta donde daban las fuerzas, con un intenso amor por la literatura, el cine y cualquier tipo de arte que mereciese la pena considerarlo como tal bajo su punto de vista. Hace unos pocos años recuperó una de sus mayores pasiones de juventud, la escritura, la cual daba un poco por perdida hasta que los avatares socioeconómicos le arrojaron de manera obligada sobre el teclado. Por desgracia o por milagro, la falta de empleo y la consiguiente liberación de su tiempo libre le han permitido crear sin descanso un buen número de obras, algunas han sido publicadas e incluso unas pocas han obtenido premios tanto en el panorama literario nacional como al otro lado del charco atlántico.
«La idea original para esta historia surgió de una de mis primeras visitas al famoso cementerio de Père – Lachaise en París. Allí, plantado ante el monumento erigido como homenaje a "La Nueve" (Novena Compañía de Blindados de Segunda División Leclerc), compuesta casi en su totalidad por exiliados republicanos del conflicto español, los primeros en liberar París de la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial, me emocioné primero para luego pensar en lo injusta que había sido la Historia con esos héroes olvidados por tantos años. Unos pocos hombres valerosos, sobre todo si dejamos las ideologías aparte, pero que consiguieron saltar de una guerra a otra por sus sueños de libertad y fueron capaces de unos logros descomunales con la más poderosa y rudimentaria de las herramientas, la esperanza.
El protagonista de esta historia, "el Americano", es un testigo ficticio que nos muestra la realidad a través de su experiencia, un actor imparcial de voz cínica y ajena de partidismos, para no caer en los maniqueísmos de "la España de dos bandos", un narrador que dota a estos cruentos años (mitad de los años treinta a mitad de los cuarenta) de cierta visión antibelicista que el autor considera necesaria como contrapunto de los terribles hechos que caracterizaron a este período de matanzas humanas.
He intentado trasladar con toda la honestidad y verosimilitud posibles la ilusión de aquellos hombres, su lucha contra la tiranía y su resistencia ante un medio atroz, el horror de la guerra y las miserias del imperialismo a través de los ojos de un personaje distante pero cercano, un protagonista con los escrúpulos adecuados a esos años de terribles actos, un superviviente de nobles intenciones, que refleja con su mirada interior la búsqueda de la identidad humana que nos implica a todos».
Y por aquí una muestra de lo que encontraréis en sus páginas:
«Yo quedé perplejo, boquiabierto pero no para hablar; hubiese apostado un brazo a que el anciano no había abandonado esa cabaña en toda su existencia. Él se dio cuenta de mi sorpresa riendo socarrón.
—Nunca juzgues a la gente por sus apariencias… —dijo entrecortado. Estaba palideciendo a toda prisa—. Me encantaría contarte mi pasado pero creo que ahora no es el mejor momento.
El vetusto educador tenía razón, había que salir pitando. Aunque todavía no reunía fuerzas para asimilarlo, el conflicto había cambiado de manos y mi situación seguía siendo la misma o peor. ¿Francia ocupada? ¡El peor desastre en mi situación!
Llevaba más de dos años sin ojear un periódico, ni siquiera me acordaba de cómo sonaba una emisora de radio cuando buscas la frecuencia; solos el bosque y yo, intentando no ser apresado y con la única preocupación por localizar escondrijos y alimentos para seguir vivo.
Mucho habían cambiado las cosas en el viejo continente en esos últimos meses. La noticia me dejó como un insecto aplastado contra la pared. Escapar del régimen franquista para caer en la ocupación nazi, cambiar la brasa del putrefacto dólar para hundirme en la pira de una Europa en ebullición».
Sabemos que son tiempos difíciles, también nosotros los sufrimos, y es posible que no te encuentres en disposición de apoyarnos con tu mecenazgo en estos momentos... pero esperamos que si esto te ha llegado al alma, incluso si tal vez conoces en persona al autor, trates de difundir esta campaña (facebook, twitter, blogger, boca-oreja... ) para que alcancemos nuestra meta y Roberto Migoya Ramos vea publicada su obra.
