Antes de morir, Marco decide redactar sus memorias. Es en este diario donde el pintor narra su historia y su viaje por la Italia del renacimiento, reflexionando en todo momento acerca de la vida, del amor, del arte y de la muerte, sin que pase desapercibida la gran pasión que sentía por Venecia. Un diario lleno de secretos y que, si hoy en día fuera descubierto, causaría un gran revuelo en el mundo del arte.
Tandaia es una editorial con voluntad de cambio, de publicar obras poco convencionales pero de indudable calidad, con nuevas y refrescantes ideas como es el emplear una campaña preventa para promocionar cada título cuando esta todavía se encuentra en proceso de edición.
De este modo eres tú, ahora que te estás planteando cómo colaborar, el que decide si la obra que te presentamos verá la luz pasando a formar parte de nuestro catálogo... porque consideramos al lector parte fundamental del proceso.
Hoy te presentamos a Marcos Porto Ares.
Nacido en el año 1998 en una pequeña aldea de Carnota, situada entre su mágica playa y el mitológico Monte Pindo. A principios de 2020, finalizando la carrera de empresariales en la USC, surge en él la pasión por escribir. Nace así Marco di Murano, obra que cautivaría de gran manera a sus familiares y amigos y, sobre todo, al propio autor.
«Viajaremos, a través de la historia de Marco, por las ciudades más emblemáticas de la Italia renacentista, como Milán, Florencia o la mismísima Venecia. Su historia se relata de forma sencilla y fluida, dando lugar a una lectura fácil e interesante para cualquier lector, captando su atención desde el principio y mostrándose aún más atractiva a medida que avanza la novela. Las reflexiones que se muestran a lo largo de la obra nos permitirán conocer más a fondo a Marco, siendo imposible no identificarnos con él y con su tierna historia».
Y por aquí una muestra de lo que encontraréis en sus páginas:
«–Mira las palomas –dije, señalándolas– Es tan plácido su vuelo… ¿imaginas que los hombres tengamos algún día esa libertad?
–Antes tendremos que luchar por otras libertades. Me refiero a aquellas que solo nos restringen otras personas.
–¿Cuáles, por ejemplo?
–La libertad de pensamiento es la primera que se me viene a la mente. ¿No deberíamos tener derecho a pensar por nosotros mismos qué está bien y qué no? Me refiero a tener nuestras propias leyes morales, y no las que los poderosos o eclesiásticos nos imponen.
–¿Acaso no tenemos ya nuestras propias leyes morales?
–No, Marco. Toda nuestra moralidad viene dictada por la cultura del catolicismo. ¿Fue buena persona aquel que en generaciones pasadas viajó a las cruzadas a arrasar países extranjeros, acabando con la vida de pobres indefensos solo por sus creencias? ¿Acaso aquel asesino, que fue llevado por el fervor de la Iglesia, es moralmente superior a un hombre que se enamoró de otro hombre?
–¿Un hombre que se enamoró de otro hombre? ¿Es eso posible? –pregunté confuso.
–No te imaginas la cantidad de hombres que se enamoran entre ellos. Pero la Iglesia lo considera una abominación, y quiere dar caza a todos ellos. ¿Están haciendo daño a alguien?
–Espera un momento. ¿Me estás diciendo que aquí en Florencia hay hombres que aman a otros hombres como si fuesen mujeres? –aún no era capaz de creerlo.
–¡Cómo se nota que no te criaste en Florencia! –dijo Sandro riéndose de mi incredulidad.
–¿Entonces tu no crees en Dios?
–¿Quieres que te diga la verdad, o prefieres que te mienta?
–¡La verdad, por supuesto!
–Yo solo creo en mi amuleto y deposito toda mi fe en él –dijo, mostrándome una moneda – Este sestercio romano es mi amuleto.
–¿Y crees que ese amuleto te da suerte?
–No lo sé, Marco, pero creo que está bien tener fe en algo. Sin embargo, no podemos dejar que nos digan qué creer y qué no, qué está bien y qué no. Debemos ser libres de rezar lo que veamos mejor para nosotros, ser libres para creer».
Sabemos que son tiempos difíciles, también nosotros los sufrimos, y es posible que no te encuentres en disposición de apoyarnos con tu mecenazgo en estos momentos... pero esperamos que si esto te ha llegado al alma, incluso si tal vez conoces en persona al autor, trates de difundir esta campaña (facebook, twitter, blogger, boca-oreja... ) para que alcancemos nuestra meta y Marcos Porto Ares vea publicada su obra.