Esta es la historia de una mujer engañada, víctima de una terrible injusticia, que acabó en prisión traicionada por aquellos cuya obligación era defenderla, pero que miraron para otro lado, aunque María supo resurgir, poner todo en su lugar y descubrir la terrible verdad, poniendo las mentiras de los que se creían intocables sobre la mesa, demostrando que ella era inocente.
Cintya Vila, nacida en la tierra mágica de Galicia, pasó toda su niñez y juventud sumergida en la lectura. Forjada como empresaria de éxito, después de un corto paréntesis en su vida debido a un acontecimiento traumático e inesperado decide canalizar toda su energía en la escritura de esta novela, que nace con el deseo de llegar a ser una guía para todos aquellos que quieren sobrevivir a una injusticia.
«¿Que ocurriría si de repente tu mundo desapareciese bajo tus pies durante tres largos años? ¿Quien puede compensar que durante todo ese tiempo te hayan arrancado de los brazos de tu familia, condenada por un delito que no has cometido? ¿Con qué se restituye el honor mancillado de una persona a la que han mentido y engañado amparados en una confianza que siempre caminó en un solo sentido? Este es un relato basado en hechos reales».
«¿Cómo se cuantifican tres años de una vida? ¿Cómo su devuelve el tiempo perdido cuando una vida puede durar un suspiro? Sencillamente, no se puede.
No hay forma de compensar el dolor provocado por el que no comprende, por el que se deja llevar, subiéndose a un tren que no era para ella sin saber que el que te lleva de la mano pidiéndote confianza ciega, es en realidad un profesional del engaño sonriendo mientras ocupas tu asiento.
No existe dinero, ni palabras que puedan devolver el tiempo robado a los tuyos, las caricias que has dejado de disfrutar, las carcajadas de tus hijos y tu presencia a su lado mientras compartes sus logros y los levantas cuando caen. Nada puede pagar su compañía cuando las cosas se ponen duras porque sabes que, pase lo que pase y por muy difícil que se ponga la vida, el motivo para continuar siempre son ellos.
Nadie podrá devolverte jamás los días perdidos al lado del amor de tu vida, al que acabas de dejar solo e incrédulo porque te han arrancado de tu casa sin mediar palabra y sin avisar para encerrarte entre cuatro paredes sin comprender el porqué.
Nadie... Nada... Nunca.
Esta es la historia de María, pero puede ser la de tantas y tantas personas que han sufrido la injusticia en sus carnes, personas que como ella confiaron en una justicia que debía protegerlas y que, sencillamente, no lo hizo.
María siempre supo que el dinero mueve montañas. Ella lo sabía mejor que nadie, pero lo que nunca llegó a imaginar es que dinero y justicia fuesen de la mano para beneficiar al poderoso, al amigo, al intocable».
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