Estamos en noviembre de 1990. Una pareja de la Guardia Civil encuentra, durante una de sus patrullas de madrugada, a un hombre corriendo de manera frenética por una carretera de la sierra bajo una fría e intensa lluvia. A pesar de darle el alto, el tipo no obedece. Se encuentra en estado de shock, huyendo de algo, movido por el pánico. Una vez que consiguen detenerle, terminarán enviándole a un hospital psiquiátrico para estudiarle y dilucidar así qué es lo que le ha pasado realmente. ¿Qué hacía corriendo por una carretera solitaria a esas horas? ¿De qué o quién huía con tanta desesperación?
Unas semanas antes, Antonio, un mendigo que duerme en la calle, es atacado por un grupo de neonazis. Tras propinarle una brutal paliza, es abandonado malherido en plena madrugada. De manera providencial, un hombre que pasaba por ahí escucha sus gritos de auxilio y le atiende. Pero Antonio no quiere que le lleven a un hospital. Se avergüenza de que lo vean los médicos, incluso de que lo reconozcan, porque no fue siempre un mendigo; tiempo atrás era un empresario que vivía en la opulencia, un tipo que ocupaba la cúspide de la pirámide social, y que de golpe y porrazo se arruinó, lo perdió todo y fue arrojado hasta los más bajos fondos. Por ello, finalmente es trasladado hasta la casa de su benefactor, un viejo caserón en mitad de un bosque. Es un lugar tranquilo, en medio de la naturaleza, en apariencia, el ideal para poder iniciar su recuperación… ¿o quizá no?
¿Tienen ambos hechos, muy distante el uno del otro, una relación? Lo descubrirás con la lectura de esta novela: Un caserón en mitad del bosque. A veces, el horror se nos puede presentar de la manera más inesperada, a la vuelta de la esquina.
Tandaia es una editorial con voluntad de cambio, de publicar obras poco convencionales pero de indudable calidad, con nuevas y refrescantes ideas como es el emplear una campaña preventa para promocionar cada título cuando esta todavía se encuentra en proceso de edición.
De este modo eres tú, ahora que te estás planteando cómo colaborar, el que decide si la obra que te presentamos verá la luz pasando a formar parte de nuestro catálogo... porque consideramos al lector parte fundamental del proceso.
Hoy te presentamos a Rafael Sánchez-Grande Moreno.
Nacido en Madrid, en 1965, se licenció en Geografía e Historia por la Universidad Complutense en el año 1989. Posee un doble vínculo con el mundo de los libros y la literatura. Por un lado, desde el 2010 es el bibliotecario responsable de uno de los bibliobuses, que recorren de norte a sur toda la provincia de Guadalajara, prestando servicio a sus pueblos. Pero además, compagina su labor profesional con su afición por el dibujo y sobre todo por la escritura, tanto en prosa como en verso. Es autor, por ello, de varias novelas, cuentos, comics y poesías.
Ha publicado hasta la fecha la novela juvenil Un pequeño bache en el camino (Blurb, 2010), la novela de misterio El árbol solitario del páramo (Dossoles, 2016), la novela de ciencia ficción La estirpe de Esgarath (Nowevolution, 2018) y la novela breve Palabra que el viento se lleva (Entrelíneas Editores, 2019). En el plano no literario, es coautor también de los libros de testimonios orales Guadalajara, agua y vida y Guadalajara, tierra de miel, este último sobre el mundo de la apicultura, publicados por la Red de Bibliobuses de Guadalajara en 2014 y 2017, respectivamente.
Fue finalista en el II Certamen Internacional de Poesía Generación del 27, convocado por el Círculo Cultural Andaluz de La Plata (Ciudad de la Plata, Argentina, 2002), de un Concurso de Comics sobre el deporte (Diputación Provincial de Jaén, 1999), uno de los ganadores del III Certamen Literario Corcel Negro (Entrelíneas Editores, 2018) y segundo premio del certamen de relato corto Torrejón de Cuento (asociación cultural AMAT, 2017).
«Escribí este libro por dos razones principales. La primera, era recuperar la novela gótica del siglo XIX, un género que nos ha legado obras maestras como Drácula o Frankenstein, pero modernizándolo, intentándolo adaptar a los nuevos lectores del siglo XXI. La segunda razón era hacer también un sentido homenaje a uno de los padres de la literatura de terror contemporánea, el gran H.P. Lovecraft, que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar a los aficionados al horror.
Me gusta mucho la literatura fantástica y de terror, pero no solo como un medio de simple evasión (que también), sino como un género capaz de hablar y reflexionar sobre nosotros mismos, sobre nuestra naturaleza más perversa, capaz incluso de llevar una profunda carga de crítica social y política. Todo esto he intentado incorporar a esta novela.
Así que no lo dudes más. Si eres de los que les gusta la novela gótica o de terror y fantástica en general, si eres un fan del maestro Lovecraft, si te encanta sumergirte en el lado más tenebroso de la naturaleza humana, en los fenómenos y realidades que se escapan a nuestra comprensión racional, Un caserón en mitad del bosque puede ser esa oportunidad que buscas para disfrutar con la lectura».
Y por aquí una muestra de lo que encontraréis en sus páginas:
«Caminamos durante unos minutos por las calles del pueblo, hasta desembocar en una plaza con un gran pilón rectangular en el centro, con cuatro caños repartidos en dos poyetes de piedra. Al pasar junto a la misma me llamó mucho la atención su antigüedad; sobre uno de los poyetes estaba grabado a cincel su fecha de construcción: «1791».
Su casa estaba en un rincón de la plaza. Era un edificio también de piedra, tan estrecho que parecía encajonado entre las dos edificaciones adyacentes, de tres pisos, que conservaba el estilo rústico de la zona. Una vez en el interior, subimos a la planta segunda a través de una escalera angosta. Entramos en una especie de gabinete o despacho. Las contraventanas metálicas del exterior estaban cerradas y por tanto, todo estaba en penumbra, excepto unos tímidos filamentos de luz que se colaban a través de las ranuras de las chapas de los cierres. Encendió una pequeña lamparita de mesa para ver mejor, y luego estuvo rebuscando en los cajones de su escritorio, hasta que sacó algo: una abultada carpeta de cartón cerrada con gomas. La depositó de un golpe sobre la mesa, bajo la luz de la lámpara, levantando una pequeña nube de polvo.
—Aquí lo tiene.
—¿Qué es esto? —pregunté con curiosidad.
—Hace muchos años, estando de servicio, tuve que ocuparme de un caso extrañísimo que sucedió en este mismo pueblo. Aquí está la mayoría de los documentos relacionados con lo acaecido que fui recopilando: informes, cartas, etcétera, procedentes de diversas fuentes. Todo está contado en estos papeles.
—¿Y cómo se cerró el caso?
—No se cerró nunca, quiero decir que no se cerró de verdad. Simplemente recibimos órdenes tajantes desde arriba de dejarlo».
Sabemos que son tiempos difíciles, también nosotros los sufrimos, y es posible que no te encuentres en disposición de apoyarnos con tu mecenazgo en estos momentos... pero esperamos que si esto te ha llegado al alma, incluso si tal vez conoces en persona al autor, trates de difundir esta campaña (facebook, twitter, blogger, boca-oreja... ) para que alcancemos nuestra meta y Rafael Sánchez-Grande Moreno vea publicada su obra.