La Escueleta es un proyecto de educación libre y activa que surgió y va creciendo desde octubre de 2011. Está integrado por padres, madres, niñas, niños y educadoras.
Nació de las inquietudes y también de las necesidades de un grupo de madres/padres respecto a la educación de nuestros hijos e hijas. Nos juntábamos un día a la semana para compartir vivencias y experiencias, dudas y aprendizajes.
A partir de estos encuentros semanales crece la necesidad de buscar un espacio educativo respetuoso con el avance vital de los peques, diferente a las guarderías o centros de educación infantil reglados. Un lugar donde tanto niños y niñas como madres, padres y educadoras pudiéramos sentir que nuestros procesos de crecimiento y desarrollo eran respetados, y las criaturas se fueran conformando en un espacio de libertad y límites que se lo permitiera. Un espacio abierto al contacto directo con la naturaleza. Para darle forma legal a nuestro proyecto creamos una asociación sin ánimo de lucro, llamada Asociación para la Educación Activa “Bolandrina” (Bolandrina en aragonés significa golondrina, de ahí nuestro logotipo).
En el primer curso éramos 4 familias y una educadora. Ubicamos nuestro proyecto en un local cedido y usábamos un parque cercano como espacio exterior. El curso pasado ya éramos 8 familias y una educadora, con el acompañamiento de madres, padres y educadoras voluntarias. Conseguimos alquilar una casita en un huerto a las afueras de Huesca por un módico precio para realizar allí nuestra actividad educativa.
Para este curso (2013-2014) somos 14 familias, con niños y niñas que van desde los 0 a los 6 años (nuestro horizonte es poder llegar a la educación primaria), hemos contratado a una segunda educadora y nuestro huerto se ha quedado pequeño. Hemos encontrado el lugar ideal para esta nueva etapa, es otra huerta, también en un entorno privilegiado, con más espacio al aire libre y una casa mucho más grande.
Pero la casa se encuentra muy deteriorada. Tenemos que convertir una destartalada caseta de monte en un autentico espacio de convivencia, aprendizaje y crecimiento personal para nuestros hijos e hijas.
Tenemos mucho trabajo por delante, trabajo que vamos a aportar los padres y las madres que sostenemos el proyecto. Pero tenemos que comprar un montón de materiales para la obra. Hay que poner calefacción, instalar placas solares, acondicionar los baños, conseguir un sistema seguro y constante de agua potable, limpiar la zona exterior, pintar todo el conjunto, poner en marcha una fosa séptica, instalar una pequeña cocina (para uso diario y para que los peques puedan hacer galletas, zumos, etc.).
El proyecto es sostenible por si solo, pero para afrontar este reto necesitamos la aportación de personas interesadas en fomentar un modelo de educación diferente, personas sensibles en temas educativos y personas que compartan con nosotros y nosotras la idea de que si otro mundo es posible, otra educación es imprescindible.