LA TIERRA
Para preparar la tierra para la siembra es indispensable limpiar la maleza, airear, mullir y abonar el suelo. Antes de plantar debemos poner a punto la tierra para que las plantas puedan desarrollarse sin problemas.
La tierra puede tener una textura más arenosa o arcillosa según abunde más en su composición la arena o la arcilla. La tierra arenosa es pobre y tiene el inconveniente de que no retiene el agua del riego. Es una tierra que sirve muy bien para plantar césped.
La tierra arcillosa, por el contrario, tiene mucha arcilla y es rica en nutrientes. Sin embargo, la tierra más adecuada para plantar es la que tiene textura franca, lo que significa que tiene el mismo porcentaje de arena y arcilla. La ventaja de esta tierra es que retiene la humedad y es rica para cultivar.