Memorias del andén nº2 muestra las diferentes caras de la naturaleza humana, y del poder del amor y la esperanza.
Una estación de ferrocarril de provincias Una fría mañana de noviembre. Una pareja de guardias civiles, hastiados de la monotonía de su servicio peculiar. Una familia que retorna agotada del exilio, al que les obligó la extinguida monarquía. Todos estos ingredientes, combinados por la ironía del destino, trasladan al lector a una evocadora mirada hacia los primeros años de la República, en la que las esperanzas depositadas en un régimen de libertades pronto se estrellaron contra el muro de la intransigencia. Una historia que recorre la ruptura con los estereotipos construidos por la inconsciencia y la ignorancia. Una historia de valores y de miserias, más allá de la pertenencia a una determinada clase social. Una historia de amor escondida tras la admiración y el respeto, y en el reverso del espejo: el lacerante desamor. Una historia de un valor mostrado ante el peligro, a prueba de coacciones o amenazas, nacido de la emulación por lo deseado y admirado en el pasado. Un recorrido, en definitiva, por la dicotomía entre la pasión y la serenidad de la que es capaz el ser humano, ubicado en el contexto del cambio de régimen de la monarquía a la república.
Tandaia es una joven editorial con voluntad de cambio, de dar la alternativa a autores que no la encuentran en otro lugar, con nuevas y refrescantes ideas como es el crowdfunding.
De este modo eres tú, ahora que te estás planteando cómo colaborar, el que decide si la obra que te presentamos verá la luz pasando a formar parte de nuestro catálogo... porque consideramos al lector parte fundamental del proceso.
Hoy te presentamos a Agustín Pulido.
Nacido en agosto de 1968, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), es licenciado en Geografía e Historia, y Doctor en Historia por la UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA, tiene publicadas algunas obras de divulgación histórica: La Guardia Civil ante el Bieno azañista 1931-1933, Principios y valores para la vocación policial y artículos en diarios y revistas especializadas sobre historia contemporánea.
Y el autor nos comenta, acerca de "por qué leer su libro":
Si el lector se pregunta qué ha de encontrar en esta novela, la respuesta la hallará en la novedad de un relato que puede, desde la perspectiva de sus personajes, ofrecerle el conocimiento de la vida de una ciudad de provincias, fiscalizada por los sectores conservadores: Iglesia, aristocracia y Ejército. Todos estos sectores se negaban a modificar el monopolio que hasta aquellos instantes habían ejercido para controlar, siempre bajo sus intereses, el orden social.
Encontrará entre sus líneas, desde la visión de los protagonistas de la historia, dos escenarios diferentes, y a la vez complementarios. Por un lado, la dignidad de las clases sociales más deprimidas a través de las vivencias de la familia que retorna desde el exilio en el extranjero, el presumible infortunio a la que se ve abocada, y junto a ella, adherida por la necesidad y empatía la visión del joven guardia civil que se apiada de su miseria. Con sus ojos, el lector podrá recorrer el interior de un cuartel de la guardia civil, las dependencias oficiales, sus austeras habitaciones, el trato afable con su familia, la disciplina interna y contemplar sus temores, sus deseos, sus aspiraciones. Un interesante recorrido por el interior de la Institución, sometida desde su fundación al exigente y aséptico cumplimiento de un deber, a veces obligado por la necesidad de mantener un orden legal que no siempre era del agrado de sus hombres.
Por otro lado tendrá ocasión de confirmar que la miseria humana no es patrimonio de clases sociales determinadas. La desventura provoca la emergencia de la dignidad o de la perfidia, en idénticas proporciones. Da igual la procedencia, la presunta educación o civilización, porque el corazón no responde a criterios establecidos por lazos sociales de ninguna clase. El ser perverso aflora en todo tipo de situaciones, buscando satisfacer sus oscuros deseos, aprovechándose de la necesidad de su prójimo. Pero también en estas ocasiones emerge el héroe anónimo, quien lleva el honor por proclama silenciosa, apagada por la humildad, adosada a su ser como una segunda piel.
En síntesis, frente a la soberbia, la altivez, la perversidad de los ladinos personajes, mostrados en ocasiones en un nivel cercano a la psicopatía, se hallan los valores que esgrimen los protagonistas, que a pesar de su depauperada situación, no por ello son indignos de adherir a su personalidad el orgullo, la conmiseración, la arrogancia o la humildad. El lector podrá posicionarse frente a los que utilizan las vidas de las personas como comparsas de un teatro en el que siempre, los de siempre, tendrán que actuar en las tramoyas, ocultos a los ojos del público, y como último recurso formar parte de un silenciado coro, que asiente por obligación y necesidad.
En definitiva, una novela que le trasladará a una convulsa época en la que nada, para desgracia de sus protagonistas, fue lo deseado.
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Gracias por vuestro tiempo.
