SINOPSIS
EL OTRO YO se adentra en la historia de Mario, un adolescente al que le da miedo lo que piensen de él y cuyo presente es observado a través de una máscara impuesta por propia voluntad que pretende ocultar su "verdadero yo", una realidad obstaculizada por un pasado infeliz, un presente incandescente y un tuturo incierto.
Aún más confusos serán los días por venir acompañados de todo tipo de amistades: amistadas falsas, amistades sigilosas, amistades familiares, familiares amistosos, amistades interesadas y amistades francas. Todo esto, junto a unas hormonas en efervescencia y tomando como coprotagonistas a la conciencia enemistada con el propio subconsciente, aportará algo grande para que Mario consiga caminar hacia la verdad y mostrar realmente quién es y por qué.
Tras golpes de acero, caídas no en vano y el resurgir de sus propias cenizas, el protagonista tratará de encontrar su puesto en una sociedad que hoy en día se presenta plastificada, acartonada y cristalizada, perfecta para ser reciclada junto a su falsa identidad.
NOTAS DEL DIRECTOR
El Otro Yo es una historia que he querido contar desde hace mucho.
Han transcurrido ya nueve años desde que el guionista Carlos García y yo empezamos a encontrarnos en un bar por las tardes y él tomaba notas de nuestras conversaciones. Entre los dos fuimos creando esta historia. Es una historia basada en hechos reales, pero que no resultará ajena a los espectadores. Cada uno de ellos se sentirá identificado con las cosas que le suceden al protagonista, porque la vida de todas las personas se parece: directa o indirectamente, todos pasamos por el mismo tipo de experiencias, que nos hacen ser quienes somos. Así, el protagonista de la historia es, o puede ser, reflejo de cada uno de nosotros y nos hace reflexionar sobre ese otro yo al que vemos al mirarnos en nuestro propio espejo.
Nuestra pretensión ha sido que, desde el primer momento, la película enganchara al espectador y le llevara al fondo de sus emociones y sus relaciones familiares. Han sido años de cambios y de duras decisiones para crear una historia con la que pueda identificarse cada uno de los espectadores.
Lo que os proponemos es una reflexión acerca de hasta qué punto somos sinceros con nosotros mismos, cuántas y qué grandes son nuestras mentiras interiores y a quién mostramos nuestro auténtico yo. Ojalá que al terminar de ver nuestra película el espectador se plantee si se relaciona con los demás desde la autenticidad, o si lleva sobre sí una coraza que le defiende pero que le aísla de los demás, y que le impide avanzar.
“Cada uno debería sentirse libre de mostrarse tal y como es con las personas que quiere y que elija”
Solo desde esa libertad podemos tomar todas las experiencias vividas, aprender de ellas, y reunir el valor suficiente para decir lo que nos pasa a quienes queremos y nos quieren.
Uno de los motivos que me ha movido a hacer esta película ha sido pedir, de alguna manera, perdón a mi madre, a la que quiero mucho y a la que he sido capaz de decirle a la cara cuánto la necesito en mi vida, aunque a los dos nos cueste decirnos nuestros sentimientos.
Y es que de esto trata en parte la película: de levantarnos un día y decidir plantarnos delante de las personas que queremos y decirles lo que sentimos y pensamos, sin esperar nada a cambio.
Porque si no lo se lo mostramos, puede llegar el día en que nos arrepintamos y ya no haya vuelta atrás.